Barcelona, hace poquito, de Germán Milanesi una crónica marciana del estado de euforia del indie español:
Esta vez me toca dejar el bote atado a un árbol del puerto y caminar hasta Montjuic. Es una noche blanca en un verano europeo negro en el que ya nadie esconde la mano a la hora de retratarse: Montjuic de Nit es un festival de festivales, un metafestival en el que los organizadores de los distintos eventos musicales que se celebran en Barcelona se juntan en la montaña más olímpica para hacer un picnic, cada cual con su canastita, su caperucita y su lobo. Y es gratis y lo celebro y asumo las consecuencias.
Ahí voy, a subir y a bajar escaleras mecánicas mientras la masa indiependentista catalana se pone en pie de guerra (¡viva la guerra!):
Fronteras
El escenario Sónar, el In-Edit, el Voll Damm Jazz, el Primavera Sound, el BAM, el Hipnótik, el Barnasants, el Mil·leni, el Flamenc, el Blues… El mundo de la música está lleno de fronteras, sólo que al cruzarlas nadie-todavía-afortunadamente nos pregunta nada:
¿Autodeterminación?
Elijo y me encuentro a la gente de Astrud, que probablemente se siente más libre que nadie (un estado en la mente, ¿no?), denunciando el centralismo de un español pluriempleado. Su comitiva la completa el Colectivo Brossa, una ONG de cuerdas siempre dispuesta a manifestarse.
Justo cuando logro escaparme de tanta manifiesta libertad, escucho que no muy lejos algo se rompe:
El atentado
Dicen los argumentarios de los sectores más radicales que determinados actos esconden tras de sí el verdadero conflicto, aquel sobre el cual es necesario centrar el debate. Manos de Topo elige esta coyuntura para actuar y romper y centrar el debate en la melodía y en las cuerdas vocales de su cantante (¡clac!).
Pero el Estado
El mío, el de ánimo, cambia con las canciones del New Raemon: representan la centro izquierda que promete esa media revolución que no revolucionará nada pero que mantendrá el estatus y la ilusión de aquellos a los que les gustaría ir en bote a todas partes.
La caída, del Imperio
Y mientras el piso se sigue moviendo, hay quienes aún se mantienen en pie y claman por crear una gran nación de respeto y cariño. Las 5.000 primeras copias del último disco de Standstill están hechas a mano. Su canciones también.
Mi bandera
Es blanca y me retiro. Cuando llego al puerto, descubro que me robaron el bote.
Hoy, 3 de julio, extraño a mi país.