CABREARSE UN HUEVO ES UNO DE LOS RIESGOS DEL USO DE LAS REDES SOCIALES – Las tecnologías de la información y comunicación (TIC), las comunidades y las distintas apps de mensajería instantánea –entre ellas y de forma establecida, WhatsApp- han transformado la comunicación entre personas.
Sin embargo, su llegada, aceptación e integración en sociedad no fue acompañada de una conciencia que determine un uso acertado, eficaz y eficiente en los procesos de comunicación, ocasionando conflictos en un ámbito virtual que necesita de tácticas para una resolución que promueva espacios de reflexión, respeto y asertividad.
Consejos para evadir las discusiones y los conflictos en las redes sociales
Es común ver cómo el cruce de acusaciones, improperios y juicios de valor sobre las críticas vertidas en los medios acarrea conflictos llevados a lo personal y defendidos como un “ataque” a nuestra autovaloración, creencia e identidad. Una simple regla para evitarlo es cuestionarnos – ¿si esta persona estuviese presente –cara a cara- diría u/o expresaría lo mismo que de manera virtual?
Detenerse unos minutos a admitir las emociones que nos suscitan algunos contenidos y mensajes vertidos en la red nos facilita comprender desde dónde partimos emocionalmente y cuál puede ser el desenlace del desarrollo comunicativo. Es de sentido común, predecir que si nos encontramos alterados, ocupados, angustiados o no accesibles para ese “encuentro”, irremediablemente afectará al contenido del mensaje y su resolución. La clave es respetarse y cuidarse, ocuparse unos minutos a serenar el estado emocional.
Respetar tiempos, horarios y controlar la impaciencia
El hecho de que la inmediatez en el desarrollo de comunicación de las comunidades y apps sea su idea fundacional no supone que su respuesta mantenga su mismo espíritu. La reciprocidad no es una obligación, es una opción personal. De la misma manera que no realizaríamos una llamada de voz, o acudiríamos a una reunión de trabajo a las 03:00 de la madrugada, el envío de cuestiones personales o laborales en periodos de descanso normalizados sin carácter de urgencia, es fundamental para un óptimo uso de las TIC.
No recriminar las faltas ortográficas
La verdad es que en España el nivel cultural no es el que debiera. Esto se traduce en una insuficiente calidad sintáctica, semántica y ortográfica de la gente en la Red. Aún así no debemos jamás recriminar a los demás sus carencias culturales, no solo ortográficas, sino de cualquier clase, debido a que es algo que se considera elitista. En contraste con cuando se habla cara a cara, en Internet es más fácil dejarse llevar por las emociones.
Evadir los temas delicados. Siempre será una apuesta segura evadir los comentarios sobre política, religión, etcétera, debido a que son temas que acostumbran suscitar disputa. Y aunque traten de que nos ofendamos, hemos de no perder la compostura. Responder de manera educada desarmará al otro y ayudará a rebajar la crueldad verbal, o por lo menos evitará que vaya a más.
No presumir de cultos.
Es un recurso fácil el de poner en prueba a un individuo por su forma de escribir. Resulta interesante porque las faltas de ortografía están presentes y mucho, pero no es buena iniciativa agredir a alguien que nos molesta en la red por ese lado. Afear a los demás por su falta de cultura no resulta ético.
Contar hasta diez.
Repasemos el texto y observemos si es favorable o no publicarlo. Mejor tomarnos un minuto antes de que no haya remedio. Empatía.