Revista Cultura y Ocio

Cabrera (Islas Baleares)

Por Yorga @javieramosantos

Cuenta la leyenda que uno de los grandes generales de la Antigüedad, el cartaginés Aníbal Barca nació en Sa Conillera, uno de los islotes que circundan Cabrera. Sea cierta o no, la verdad es que esta isla adusta, enfrentada a un canal de difícil navegación, llena de cuevas y quebradas se ha convertido a lo largo del tiempo en un lugar inhóspito y maldito, que contrasta, sin embargo, con la belleza de sus paisajes y la rica naturaleza.

Cabrera es uno de esos lugares marcados por el destino. Durante la Edad Media, fue refugio de piratas como el temido Barbarroja, que desde aquí vigilaba las costas mallorquinas. Esto hizo que la isla permaneciera mucho tiempo deshabitada, a pesar de que en época romana tuvo una cierta población y en los siglos paleocristianos incluso un monasterio.

Embarcadero en el puerto de la isla de Cabrera.

Puerto de Cabrera./Chixoy

Tras la batalla de Bailén en la Guerra de la Independencia contra los franceses, Cabrera albergó a unos 5.000 prisioneros entre los que también se contaban quince mujeres. Estos huéspedes permanecieron cinco años en la isla en tan penosas condiciones que la mitad de ellos murió de desnutrición y escorbuto, de disentería y sarna. Un solitario monumento recuerda a estos muertos.

Las penalidades de Cabrera no acabaron aquí, ya que durante la Primera Guerra Mundial el archipiélago fue expropiado por el Estado y convertido en territorio militar. Las islas sirvieron de marco para maniobras, hasta que a partir de los años setenta se sucedieron las campañas para convertir este rincón en un espacio protegido. La presencia militar desde 1916 evitó que en la zona se produjera una invasión turística, lo que ha permitido la conservación de este privilegiado ecosistema hasta hoy día.

Castillo medieval situado en la isla de Cabrera

Todavía se mantienen en pie los restos de un castillo medieval en la isla./xxx

El Parque Nacional Marítimo Terrestre del archipiélago de Cabrera, integrado por la isla de mismo nombre y 18 islotes, constituye una provechosa excursión también para los viajeros que se declaran amantes de la de la naturaleza debido a la belleza de sus fondos marinos y de su paisaje, así como por su riqueza vegetal y ornitológica.

El ecosistema de la isla comprende unas 500 especies vegetales y unas docenas de especies animales, sobre todo pequeños reptiles y aves. En sus inmediaciones no es raro ver delfines que juguetean con las lanchas. La isla tiene unos 16 kilómetros cuadrados de extensión y presenta una costa tortuosa en la que se suceden calas, cabos, playas arenosas y acantilados con cuevas. De entre ellas destaca Sa Cova Blava.

También resultan interesantes para ver los restos de una factoría de garum, las ruinas de un castillo medieval del siglo XIV destruido por los piratas y una desvencijada ermita. En el Celler, una antigua casona, funciona un interesante museo con todo tipo de testimonios sobre la historia y la naturaleza de Cabrera. Lo más espectacular que exhibe son las piezas arqueológicas halladas en la isla, como ánforas púnicas y romanas o cerámica árabe. Puig des Molins o Mahón dan también fe del importante pasado cartaginés que tuvieron las Baleares en el Mediterráneo.

Parte del embarcadero de la isla de Cabrera.

Cabrera está deshabitada en la actualidad./tripadvisor

En la actualidad la isla está deshabitada, pero conserva un embarcadero en el que amarran las golondrinas (lanchas) visitantes procedentes de la Colònia de Sant Jordi y Portopetro, al sur de Mallorca. Para navegar, fondear o bucear por la costa hay que solicitar autorización en las oficinas de Palma. En la parte de la isla que no puede visitarse sin permiso especial destacan la montaña del Picamosques, la más alta de Cabrera, la ensenada de la Olla, y la punta con el faro de punta Enciola.

El idílico y embriagador entorno natural de la isla de Cabrera es un destino idóneo para el viajero que busca nuevas sensaciones. Además, si hace un poco de memoria, se verá envuelto de un ambiente que aquí sí hizo historia y marcó el devenir del lugar. Abre bien los ojos y los oídos para disfrutar de esta maravilla natural, que puede transformarse también en una escapada romántica de fin de semana:

Dónde dormir: Aparthotel & Hotel Isla de Cabrera; C/ Roció s/n; 07638 Colonia Sant Jordi (Mallorca); teléfono: 971655000.

Dónde comer: Restaurante Casa Manolo; Carrera de Campos a Sa Colònia de Sant Jordi; Ses Salines (Islas Baleares); teléfono: 971649130.


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