Caca, culo, pedo, pis, 4 palabras que hoy en día (igual que ayer cuando nosotros éramos niños) siguen provocando las mismas risas y carcajadas en nuestros retoños para colmo de todos los papás y mamás. Aunque creo que, como en todo, ellos también han avanzado y ampliado su vocabulario de palabras prohibidas como pene, vulva, tetas ... Y falta que estemos en compañía de alguien como los abuelos, un vecino o cualquier otro desconocido para que las suelten de una en una como recitando un verso de García Lorca o sencillamente a grito "pelao".
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"Caca, culo, pedo, pis", "eres una caca", "¡la mama tiene vulva, la mama tiene vulva!" entre otras, son palabras o frases que durante una temporada convivirán con nosotros. Entre los 3 y 5 años ocurren varias cosas que produce que tanto niños como niñas sientan especial interés por determinadas palabras.
- La primera de ellas es la ampliación de su vocabulario, a los tres años se produce en los niños un incremento rápido y progresivo de su vocabulario, cada día aprenden más palabras y su lenguaje se hace mucho más comprensible. El uso del lenguaje es cada vez mayor y lo utilizan para comunicarse con los demás pero también cuando están solo jugando con sus juguetes.
- El segundo motivo que podemos destacar es el gran interés que sienten durante esta etapa por su cuerpo en general y sus genitales en particular,
- y por último, debemos referir la reacción del adulto ante estas palabras. Es decir, nuestros hijos ponen a prueba nuestras reacciones. ¿Qué pasa si digo esto? ¿Mamá se enfadará?¿Me hará más caso? ¿Se reirá conmigo? ...
Cuando nos encontremos en esta situación lo mejor es no hacer demasiado caso al tema, no quiero decir que no debamos educar en el respeto y los buenos modales, evidentemente que sí. Pero en este caso la lucha será infructuosa, cuanto más intentemos evitar que digan "caca, pedo, culo o pis" más ganas tendrán de decirlo!
A esta edad todo lo escatológico les produce una risa espantosa, una diversión propia de este momento vital, donde nuestra mejor aliada será la ignorancia, dejar de darle importancia y dejar pasar sin más, ni caras raras ni prohibiciones constantes. Incluso podemos unirnos a sus risas para que el poder de decir palabras prohibidas deje de surtir efecto. De todos modos debemos ser conscientes que ésta es una etapa más dentro del desarrollo normal de la infancia por lo que no deberíamos preocuparnos tanto, aunque ciertamente hay momentos que nos pueden poner en un compromiso o sacarnos de quicio.
Además, tal y como he apuntado en párrafos anteriores, es una etapa de gran interés por su cuerpo y el de los demás que puede incluso ir acompañada por un exhibicionismo espontáneo de sus genitales y de una risa generalizada por todo aquello que tiene que ver con caca, culo, pedo, pis. Les causa tanta diversión que incluso algunos se pueden pasar todo el día hablando sólo de pedos y culos o relacionándolo todo con este tema. Otros, según su temperamento, pueden pasar por esta fase de forma más discreta.