¿Chocolate? Sí, pero no todos valen. Ni tampoco en cantidad. Una o dos onzas al día (no hace falta comerse una tableta entera) y siempre con una peculiaridad: que tenga como mínimo un contenido en cacao del 75% o más.
Una historia de amor comienza en una parte del cerebro llamada sistema límbico (o cerebro emocional). Esta región cerebral se encuentra en el centro del cerebro y controla nuestras emociones.
Dentro del cerebro emocional, el hipotálamo es la región que libera al ingrediente esencial del enamoramiento: un neurotransmisor llamado feniletalimina (o PEA, en las siglas inglesas de phenylethylamine).Su acción, (similar a la provocada por la anfetamina), explicaría esa sensación de euforia, exaltación y bienestar que acompaña a todo buen enamorado. Pero eso no es todo:
La feniletalamina no trabaja sola: otras de las sustancias que se liberan mediante la acción de este neurotransmisor son la dopamina, la noradrenalina y la serotonina.
La feniletalamina, al igual que el magnesio, ayuda a mantener los niveles de la dopamina, el neurotransmisor del cerebro responsable del gusto, la seducción y el placer.
El rol del cacao para aumentar la feniletalamina y los niveles de dopamina es en parte, una de las respuestas de por qué el chocolate se considera como un afrodisíaco y también un placentero antidepresivo.
¿Y vosotros os gusta el chocolate? ¿Soléis tomarlo a menudo? Yo, reconozco que me encanta. Aunque suelo tomar cacao amargo o chocolate con un contenido del 90% en cacao (mínimo) y sin azúcar. Su sabor es un tanto amargo, pero delicioso.... Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!
Besos desde mi blog!!!!
También podéis seguirme a través de Facebook