En una de nuestras visitas a mi tierra querida, aprovechando que el retoño se quedaba con sus abuelos, tíos, y demás family. Deseosos de achucharlo y comérselo a besos hasta la saciedad, pues es lo que tiene vivir a cientos de kilómetros. Nosotros planeamos un "día de novios", vamos un día sin niño. Así, después de dar las instrucciones pertinentes sobre horarios, pañales y jarabes varios... Nos fuimos dispuestos a disfrutar de un día en Cáceres, pero sobre todo a relajarnos en pareja, que de vez en cuando también viene bien.
Como buenos turistas de libro, lo primero fue acudir a una oficina de turismo. Ésta se encuentra en la calle Tiendas, a pocos metros de la plaza mayor.
Una vez pertrechados con mapa, folletos, y un montón de aplicaciones en el móvil. Sin un rumbo fijo, nos adentramos en el casco antiguo a través del Arco de la Estrella.
En un día de diario, sin mucha gente, nublado que estaba y rodeados por los muros de enormes palacios e iglesias, paseando por aquellas callejuelas empedradas, parecía que nos hubiésemos trasladado en el tiempo.
Visitamos el museo de Cáceres: La entrada es gratuita. En él se puede encontrar una exposición que abarca desde la prehistoria hasta los visigodos, y otra de etnografía. Ademas de una colección de bellas artes. Pero lo que más me gustó, fue poder ver su aljibe, pues en la antigüedad este palacio era una alcazaba árabe.
Para las familias, el museo realiza actividades puntuales, para informarse sobre su agenda, lo mejor es visitar su página web.
También visitamos la Concatedral de Santa María, es la iglesia más importante de Cáceres; La entrada cuesta un euro. Se puede visitar el templo, el museo de platería y la torre del campanario; Esto último resulta muy recomendable, pues hay unas vistas muy bonitas del casco antiguo. Además, en esta iglesia se encuentra la famosa imagen del Cristo Negro, rodeada por un halo de misterio y leyendas, y muy venerada en la Semana Santa cacereña.
Ya en el exterior, se encuentra la estatua de San Pedro de Alcántara, que como dice la tradición, para que traiga buena suerte hay que tocar los pies del santo.
Hay mucho para ver, por algo el casco histórico de Cáceres está declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde 1986.
Pero el día no nos acompañó, así que antes de que se pusiese a llover a mares, decidimos refugiarnos y tomarnos unas cervecitas. Como diría una amiga "que pena de nosotros..." Para esto, una buena opción es la calle Gral Ezponda, aquí se encuentran varios locales donde tomarte una cerveza o unas raciones a muy buen precio.
Después de abrir boca con el aperitivo, había que comer. En este sentido hay bastante donde elegir, no en vano, Cáceres ha sido galardonada como capital gastronómica española durante el 2015; Y aunque a mí me tira la comida típica de mi tierra, supongo que por aquello de estar lejos, en esta ocasión optamos por algo diferente. Fuimos a un restaurante llamado Casa Mihaely, situado a un par de minutos de la plaza mayor. Nos decantamos por este restaurante, porque en su carta tiene una sección vegetariana. Aún así, apunto estuve de pedirme un revuelto de patatera o un solomillo con torta del Casar... ¡y es que la cabra siempre tira al monte!... pero finalmente opté por algo más creativo, musaca de setas, deliciosa...
Resultó ser un sitio muy acogedor, ideal para una cena romántica. Además para ir cualquier día entre semana, al mediodía tienen menú por 12.90 euros, que siempre sale más económico.
Después de semejante homenaje, Había que bajar la comida. Así que decidimos dar un paseo por el centro y ver tiendas.
Y a las seis de la tarde, llegaba el plato fuerte de nuestro plan romántico, una visita a los Baños Árabes de Cáceres.
Se trata de un hammam con tres piscinas, con agua caliente, templada, y fría; iluminado por apenas una tenue luz de velas; de fondo, el sonido del agua y música árabe. Más romántico y relajante no podía ser el ambiente... A esto hay que añadirle un riquísimo té que sirven a mitad de baño. Y para que la experiencia fuese completa, decidimos darnos un masaje, "sin palabras..." Mejor no pudo acabar nuestro día en Cáceres.
Para la próxima visita a la family, haremos nuevos planes, "de novios" o con niño. Se admiten sugerencias.