Estoy enamorada de Barcelona y poco a poco voy descubriendo rincones preciosos que ni los propios barceloneses conocen. En esta sesión estuvimos en el Jardin de Mossèn Costa i Lobera. A pocos metros del castillos Monjuic, tras un pequeño acceso que pasa desapercibido por aquellos que suben la montaña y que esconde entre muchas plantas exóticas un terreno lleno de cactus pequeños, gigantes y de todas las formas, perfectas para un escenario distinto y curioso sin salir de la ciudad.