Como suele ocurrir con cualquier especialista, seguramente te hayas preguntado cada cuánto tiempo es recomendable ir al oftalmólogo. Un error bastante común, es pensar que solo se debe ir a revisión cuando se tiene algún problema de visión concreto. Es decir, en caso de utilizar gafas, lentillas u otras anomalías comunes. Sin embargo, la tensión del ojo, la agudeza visual, la revisión de los polos, etc.; son factores a evaluar periódicamente por profesionales oftalmológicos. Del mismo modo que vas al dentista y cuidas tu dentadura cada cierto tiempo, ¿por qué la vista debe ser una excepción en este sentido?
Cuándo ir a la consulta del oftalmólogo
Evidentemente, aquellas personas con patologías oculares tienen marcados unos periodos de revisión, que varían en función de cada caso. Estos se deberán cumplir, para controlar el problema y evitar que vaya a mayores. Pero, ¿qué pasa con los que no tengan ninguna enfermedad o patología visual diagnosticada? ¿Deben ir a revisión de forma periódica?
La respuesta es sí. Todo el mundo, tenga la edad que tenga, y hayan tenido o no problemas con anterioridad, deberán acudir al oftalmólogo a revisión. Para conocer la frecuencia o periodo, es necesario tener en cuenta la edad de la persona. De esta manera, las revisiones oculares de una persona sin patologías previas deberán ser como exponemos a continuación.
- La primera revisión de un niño se recomienda que sea a los 4 años. Lógicamente, en el caso de que se detecten actitudes en el niño que hagan presagiar que pueda tener algún problema, o tenga un accidente inesperado, o se precien movimiento extraños, se debe acudir antes. Pero si todo transcurre con normalidad, a partir de los 4 años deberá hacerse una revisión cada año para valorar la agudeza visual, es decir, qué grado de visión tiene, así como la refracción y normalidad del polo anterior y posterior y la motilidad ocular extrínseca. Este tipo de evaluaciones descartan patologías como el estrabismo.
- Una vez se llega a la adolescencia, la miopía y demás alteraciones visuales suelen aparecer. Por tanto, se recomienda que la revisión oftalmológica se siga realizando de manera anual. Deberá seguir siendo así hasta la juventud.
- En el caso de que lleguen los 20 años, y no hayan aparecido síntomas de efectos de refracción, molestias, o ningún tipo de alteración ocular, las revisiones pueden pasar a ser bianuales.
- A partir de cumplir los 30 años, la revisión oftalmológica vuelve a ser anual. A partir de este momento es importante vigilar y controlar la tensión intraocular, la agudeza visual, el polo anterior y posterior, etc.
- A medida que pasan los años, se pueden formar patologías como la formación de cataratas, degeneración macular asociada la edad, glaucoma etc. Es por ello, que es preciso someterse a estas revisiones, que se realizan de forma sencilla y se evitan problemas mayores, o se pueden tratar a tiempo, mediante la realización de pruebas más avanzadas y específicas.
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