Revista Psicología

Cada día es un nuevo parto

Por Saval

Tengo un amigo que es justo lo contrario a mí. Extrovertido,simpático, optimista, bienqueda, adulador, agradable, abierto, positivo, sociable. Tiene miles de amistades en Facebook y esas personas también lo consideran amigo en persona. Ha sido futbolista y político. Es guapo aunque en las fotos siempre parezca que tenga algún tipo de grave problema facial o que sea tonto. Y ya he dicho que es lo contrario a mi. Le gustan los toros, misa los domingos, es de derechas (de centro que se autodenominan) y está orgulloso de España, o estaba. Compartimos que nos gusta mucho el fútbol y las tías, que polos opuestos se atraen y que nos debemos mil favores mutuamente.

La cosa es que la vida nos ha llevado a lugares parecidos. A trabajar gratis esperando no sabemos muy bien qué, a intentar chapucear de aquí y de allá. A pelear. Desde mi pesimismo y su optimismo hemos llegado a nuestros 27 al mismo sitio. La zona perdida de nuestra generación. Siempre digo que la vida es contextual así que en este contexto mi amigo ha cambiado su esperanza en la providencia o en el positivismo y se ha marcado una nueva frase como lema vital: ” cada día es un nuevo parto”. De toda esta crisis en la que la gente intenta dar lecciones éticas o morales esta frase es mi preferida. Me cansan los mayores bien colocados diciendo que el problema de la juventud es que somos vagos y me cansan más aún los hijos presumiendo de sus trabajos conseguidos por enchufe. Forma lícita y válida de conseguir un trabajo pero sin contar milongas.

Pero volvamos al parto. Hoy es hoy. Te levantas, sales, peleas, contracciones, empujones, sudas, dilatas y nace. Es niño o niña. Está bien. Ríe, llora. Da igual. Mañana otra vez va a tocar ir a parir. No hay gestaciones ni fecundaciones. La vida no descansa. Igual mañana te toca en mejores condiciones si el parto de hoy ha ido bien, igual en las mismas. Puede que las cosas vayan mal. Que los partos se compliquen, que tengas un parto múltiple o que lo pierdas. Puedes tener días en los que pensarás que ya está bien la broma, que no salga el sol nunca más. Pero mañana toca seguir. Siempre hay que seguir. Eso es lo que hace la vida maravillosa y a la vez un suplicio. El libro va de todo esto, si algún día lo acabo…

Concéntrate en el presente.

Y si no puedes, me escribes [email protected]


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