De
acuerdo con un informe de los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades, el dolor crónico es más común entre las mujeres, los adultos
mayores, y los que viven en zonas rurales. Este informe de los CDC es un
recordatorio de que existía una epidemia de dolor crónico antes de que se
agravara por una epidemia debida al uso indebido de opiáceos. El dolor crónico y
el dolor crónico de alto impacto se asocian con restricciones en la movilidad y
las actividades diarias, dependencia a los opiáceos, ansiedad, depresión y una
mala calidad de vida. A la luz de estos problemas, la medicina convencional
debe adoptar enfoques válidos para el manejo del dolor además de las drogas. La
atención debe ser más holística y orientada al paciente, que involucre a médicos,
fisioterapeutas y actividades como yoga o meditación, además de utilizar los
analgésicos no narcóticos. Estos hallazgos fueron publicados ayer en el informe
Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC.
Revista Salud y Bienestar
De
acuerdo con un informe de los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades, el dolor crónico es más común entre las mujeres, los adultos
mayores, y los que viven en zonas rurales. Este informe de los CDC es un
recordatorio de que existía una epidemia de dolor crónico antes de que se
agravara por una epidemia debida al uso indebido de opiáceos. El dolor crónico y
el dolor crónico de alto impacto se asocian con restricciones en la movilidad y
las actividades diarias, dependencia a los opiáceos, ansiedad, depresión y una
mala calidad de vida. A la luz de estos problemas, la medicina convencional
debe adoptar enfoques válidos para el manejo del dolor además de las drogas. La
atención debe ser más holística y orientada al paciente, que involucre a médicos,
fisioterapeutas y actividades como yoga o meditación, además de utilizar los
analgésicos no narcóticos. Estos hallazgos fueron publicados ayer en el informe
Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC.
