Cada familia es única, como cada persona que la integra

Algo que me gusta de la época en la que vivimos es la diversidad en los modelos familiaresque se ven en nuestra sociedad. Se puede formar familia con los padres, con amigos, con personas que se cruzan en nuestras vidas. Pertenecer a una familia es una bendición, esas que se agradecen por siempre.

Hay familias grandes, con muchos hijos, otras con pocos. Están las que admiro con el alma, que son mamás y papás del corazón, que les dieron un hogar a niños grandes o pequeños, ya sea porque los buscaban o porque la vida misma se los puso en el camino.

Hay familias de a dos, esas que tiene una mamá o un papá que cumple todos los roles y están aquellas donde los tíos o los abuelos hacen de padres o de hermanos.

Yo no sé qué tipo de familia formaran mis hijos. No quiero que sientan la obligación de seguir un “modelo” que tenga que ver con la cantidad, el género o la forma en que se constituyó esa familia. Me gusta (e intento) formarlos con la libertad que merecen para encontrarse a ellos mismos, sus gustos y fortalezas, y hallar en esta vida personas que complementen las suyas.

El modelo que quiero dejarles es que el amor familiar tiene que ver con el respeto, la solidaridad, la escucha activa, el establecer normas de convivencia, el aceptar al otro así tan distinto como es, la paciencia infinita y el humor que atraviesa todos los aspectos. Un humor que permita reírnos de nosotros mismos, en compañía, para poder enfrentar las situaciones que vayan llegando.

Hoy en día, distinto a nuestra infancia, en los programas de televisión se ven familias diversas. Primero se empezó a mostrar la diversidad entre el grupo de amiguitos y ahora ya se va mostrando en las familias. Por ejemplo, en Doctora Juguetes, la serie de Disney Junior, se plantea la llegada de un hermano adoptivo. Y a partir de allí tuvimos una charla superinteresante con los chicos hace tiempo, sobre qué significaba y cómo habían formado esa familia.

Podes leerlo completo en Disney Babble Latinoamérica.