Revista Cultura y Ocio

Cada noche una mancha diferente

Por Sergio B Huidobro
.Para mi mamá, por bailar
.

Sobre el escenario, en un ataque de ira, una mujer esparce violentamente el contenido lìquido de un recipiente de cristal y cada vez cae una mancha diferente en el piso, la sustancia se esparce en unas direcciones o en otras, el charco es un poco más o menos largo, el agua es otra, la bailarina que la riega por el escenario es un poco más vieja que en la función anterior y menos joven que en la siguiente. El instante en que se extiende el fluido por el aire, en que se tensan los músculos del muslo, el bícep, la cadera y el cuello de la mujer, es único. No hemos terminado de leerlo cuando ya se ha transformado en otra pose, en otra emoción y en otra forma del mismo cuerpo.

La danza reside en la corporeidad de la que vive para existir, en su condición no sólo tridimensional, también viva, orgánica y profundamente animal, así sea el lenguaje más humano de la animalidad. Sin materiales externos actuando como materia prima de la expresión, la danza tiene en el cuerpo mismo a su único lienzo y campo de batalla, lo que acaso la vuelva la disciplina creativa que implica de formas más carnales al creador/ejecutante, nivelando el compromiso intelectual con la exigencia física.

El tiempo, además, envuelve a la danza como lenguaje expresivo y la hace pariente en primer grado de la poesía y la música, que también necesitan de una consecución ordenada de signos en sintaxis para elaborar significados. En la antigüedad clásica, de hecho, la línea divisoria entre las tres era poco clara y se llegó a considerar a las tres como un solo arte integral. Y la diferencia siempre ha sido esa: Cada danza en el mundo ha sido un momento exacto en el tiempo, irrepetible, mientras que el David, el Desayuno en la Hierba, el Perro Andaluz, Los Miserables ó la catedral de Köln siguen siendo las mismas, siempre.

En Águila Cautiva de Marely Romero, presentada en el Teatro de la Danza de la Ciudad de México, se apuesta por el relato, no de una narración necesariamente ordenada en arco clásico sino de la descripción lenta de un concepto a través de símbolos e interacción entre personajes, que terminan siendo símbolos también, hombres y mujeres ú hombres solos, siempre en triada.

Entre los cuerpos, pluma roja / Ambiente azul, agua que se torna sangre en el lavado de manos, sangre en sentido literal y sangre como pretexto para portar otro significado: El rojo, rojo pasión, rojo egoísmo, rojo muerte y rojo fatal, líquido que remoja cabelleras, es portado en un recipiente ritual como fuego de Prometeo, se mantiene iluminado todo el tiempo y termina regado por el piso. Cada vez cae una mancha diferente en el piso, la sustancia se esparce en unas direcciones o en otras…

Marzo 2010


.


Volver a la Portada de Logo Paperblog