● Título: Cada siete olas
● Título original: Alle sieben Wellen
● Autor: Daniel Glattauer
● Serie: · · · #2 (de 2)
● Publicación: Noviembre 2010
● Editorial: Alfaguara
● Páginas: 320
● Precio: 17’50 €
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En ‘Contra el viento del norte’ vimos cómo, por casualidad o destino, nació una relación que nos arrastró durante meses de e-mail en e-mail. Emmi y Leo (sobre todo Leo ♥) me enamoraron, me hicieron reír, soñar y suspirar; tras probar las letras de Glattauer, todo me supo a un poco durante un tiempo. No le dediqué mas que alabanzas, pues me encantó, incluido ese sorprendente final; una parte de mí (algo masoquista, confieso) quiso contentarse con ese último e inesperado mail, pero la curiosidad me hizo probar su segunda parte, y aquí estoy.
Ese final lo convirtió en inolvidable, pero Glattauer decidió saciar la curiosidad de los lectores con una segunda parte que ha sido grata, pero de la que esperaba algo más. Empecé el libro (tiempo ha, esta reseña llega con mucho retraso) con ganas, muchas ganas, pero también algo de miedo; el hecho de encontrarme ante un libro que no estaba planeado en absoluto me hacía temer la posibilidad de una decepción.
Por suerte, no fue así; no me pareció tan buena como la primera, es cierto, pero aún así me gustó. ‘Cada siete olas’ retoma la historia un poco más tarde de donde la dejamos (no daré detalles, no quiero spoilear a nadie) y volvemos a ser testigos de los correos electrónicos que marcan la relación virtual de Emmi y Leo, ese tira y afloja que tanto me gusta, sólo que en este libro sus vidas reales y virtuales cada vez se ven más influenciadas la una por la otra y la barrera entre ellas se difumina un poco.
Sigue siendo una novela bonita, emocionante y amena que me ha hecho sonreír y disfrutar, pero reconozco que no ha cumplido del todo mis expectativas; los personajes han perdido algo de esa picardía que les caracterizaba, la historia cojea a ratos y Glattauer parece menos Glattauer, menos apasionado. Ha perdido parte de esa fuerza que me encandiló en ‘Contra el viento del norte’ y el final no es ni de lejos comparable (incluso lo he encontrado algo brusco) pero ha sabido llevarlo.
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