Cada vez llega menos cine interesante a las pantallas comerciales

Tomboy (2011-Francia)  de Céline Sciamma, Tango libre (2012-Belgica) de Frédéric Fonteyne, 7 cajas (2010-Paraguay) de Juan Carlos Maneglia y Tania Schémbori, dos mas dos (2012-Argentina) de Diego Kaplan; cuatro películas muy interesantes que tuvieron su estreno en España ayer, día 1 de mayo, en las salas de cine, junto a Scary Movie 5, La Gran boda y la repesca en 3D de Buscando a Nemo. Son siete posibilidades de las que solo han llegado a Granada las tres últimas, es decir, típico cine "made in USA" de multinacionales para multisalas con palomitas incluidas. Las primeras cuatro cintas no se han estrenado en Granada y como en Granada, tampoco han llegado ni llegarán a  otras ciudades de España. Para poderlas ver tendremos que esperar a que salgan en video doméstico. Y esto lleva ya ocurriendo desde hace   bastantes meses y que se vió incrementado en nuestra ciudad con el cierre de los Multicines Centro, que programaban algo de cine independiente, y  también de tres salas del complejo  Andalucia 2000 del Centro Neptuno.  El Cine Madrigal ha venido programando cine de autor los últimos meses, pero es un caso aislado y cada película ha estado varias semanas en cartel, por lo que la rotación de títulos ha sido mínima. El cese de actividades de Alta Films no ha hecho sino confirmar que el cine se está convirtiendo en algo solo para las multinacionales y el cine supercomercial que, además, cada vez es peor y mas convencional, volviendo una y otra vez sobre lo mismo, cada éxito de taquilla (y ya ni eso) se vonvierte en una saga con infinitas partes, copias y secuelas. Acaba de terminar el festival de Málaga, sin que haya salido nada especialmente notable; se acerca el Festival de Cannes, del que irán llegando las obras mas interesantes  poco a poco a España, y quizá de ello nada a Granada. Es imprescindible que este cine mas querido para el aficionado se estrene a la vez en las pantallas comerciales de las ciudades que lo puedan programar y en el video doméstico, ya sea a través de los Video-Clubs, del VOD o de la venta directa. La pantalla de cada domicilio se tiene que convertir en sala de estreno y es muy importante que las distribuidoras empiecen a cuidar un poco mas al verdadero aficionado que es el único que puede salvar la situación del moribundo sistema de exhibición actual, ya que hay que partir de la base de que el cine como arte tiene mucho tiempo por delante, solo hay que ir adaptándose a la circunstancias.