Luisana Colomine
“Copia y difunde, esto puede salvar la vida de un familiar tuyo”Cada dos segundos el móvil avisa que ha llegado un mensaje. Estás trabajando, comiendo o viendo la tele y aquel sonido te atormenta una y otra vez. Miras tu WhatsApp y lees: “La Alcaldía de Caracas informa que NO (así en mayúsculas) se debe comprar la leche en polvo de marca (…) ni ninguno de sus productos porque se les han hecho análisis y se confirmó que traen la bacteria salmonella (…) Copia y difunde esto. Puede salvar la vida de un familiar tuyo”.
Vuelve a sonar el avisito. Abres la red de Zuckerberg y lees: “Sudeban informa que del 1 al 5 de diciembre NO (así de nuevo en mayúsculas), pues estarán camiando y probando la programación de los mismos a efecto de los nuevos billetes. Tomen sus previsiones!! Pasa la información”
Muchas de estas “cadenas” salen incluso de grupos oficiales de información, como el caso de los productos que supuestamente tienen la bacteria salmonella.
Por regla general, la gente lee las tres o cuatro primeras líneas del mensaje. Ve que proviene de una fuente oficial (Alcaldía de Caracas, Nicolás Maduro, Sudeban, nunca dice “Chúo” Torrealba, ni Asamblea Nacional) y sin pensarlo mucho le da a “compartir” y le manda la información a todos sus contactos. El usuario desprevenido no se molesta mucho en indagar si aquello es cierto o si la fuente es confiable, sólo piensa que está haciendo un servicio, un bien.
Pero no es como lanzar una botella al mar…¡Qué tentación echar una botella al mar!, dice el poema de Benedetti, y si le ponemos un mensaje dentro, quién sabe adónde llegará. Pero no es tan inocuo cuando se trata de Internet pues en los casos citados estamos en presencia de un rumor “dirigido”, el cual según los investigadores Leo Postman y Gordon Allport (Psicología del Rumor, 1947), se crea con la intención de desinformar y aprovechar ciertas condiciones con propósitos bien definidos.
El rumor se convierte en un arma cuando el enemigo, conocedor de su papel como elemento movilizador, lo utiliza en su beneficio. En períodos de tensión social, catástrofes o crisis políticas, se apela al rumor “amedrentador” que busca crear zozobra.
Durante la segunda guerra mundial surgió una técnica más sofisticada de propagar informaciones falsas para beneficio de sus autores. Se trata de la “propaganda negra” que esconde su origen detrás de nombres falsos y habitualmente finge nacer del público objetivo de las propias autoridades. Se concentra en el Gobierno enemigo e, incluso más, en los de los miembros de las élites gobernantes” (Stanley Newcourt-Nowodworski, 2006). Otros autores la caracterizan como “información y material o fuente falsa que pretende ser originaria de una parte ajena con respecto a un conflicto, pero que, en realidad, proviene de la parte contraria. Suele utilizarse para difamar, avergonzar o tergiversar la naturaleza real del enemigo o el conflicto”. La propaganda blanca es la abierta y a favor del propio emisor. La propaganda gris es la anónima y hay que adivinar de dónde proviene. La propaganda negra entonces es encubierta, camuflada o camaleónica. Se llega a pensar que proviene del gobierno cuando realmente es de la parte contraria.
Si bien –dice Newcourt-Nowodworski– el objetivo de la propaganda es lograr, mediante la persuasión, que otros piensen y actúen en función de unos intereses determinados, la propaganda negra representa una de las maneras no coercitivas más efectivas para lograr tal fin y su éxito depende, en gran medida, “de la ocultación del origen”. La propaganda negra es, pues, un arma psicológica y se la cataloga también como un elemento de propaganda de masas cuyo objetivo es, principalmente, y como señalamos antes la desestabilización de las élites gobernantes.
El engaño es su característica fundamental, y su objetivo es la desinformación y la erosión de la estabilidad moral del bando contrario. Además del desafío de conocer la idiosincrasia del enemigo y de pulsar la fibra correcta, los autores de la propaganda negra deben convencer a su objetivo sobre su origen y la veracidad de sus contenidos.
Una de las técnicas de mayor éxito de la propaganda negra, atribuida al sociólogo alemán Paúl Joseph Goebbels, es la conocida como “principio de renovación”: “Hay que emitir informaciones y argumentos constantemente, a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público ya esté interesado en otra cosa y estas respuestas nunca deberán contrarrestar el nivel creciente de acusaciones” (Álvarez, 2016)
Y cuando esos mensajes fabricados desde fuentes presuntamente oficiales, llegan a las redes sociales más públicas como twitter, facebook o instagram, rápidamente se convierten en titulares de prensa. La tardía respuesta oficial a esta clase de mensajes y el surgimiento de otros, no solo permite su rápida difusión si no, peor aún, una mayor credibilidad en el rumor.
Los medios repiten esas “informaciones” sin confirmar las fuentes y ejemplos hay muchos como seguidamente demostraremos.
El 16 de marzo de 2016, previo a su difusión por mensaje de texto y whatsapp, algunos medios asumieron como “noticia” que cambiarían los días para comprar por terminal de cédula, como el caso del diario El Nacional, tal como puede leerse aquí. El periódico cita como fuente directamente el presidente Nicolás Maduro, como si esa fuese materia para su decisión cuando existen entes que se encargan de ese tipo de acciones. Un par de días después, la Sundde desmintió la noticia.
El pan canilla: La escasez de la harina de trigo y la queja de las panaderías pronto hicieron olvidar lo del cambio de números de cédula para comprar, y por whatsapp se comenzó a decir que el pan canilla tenía nuevo precio y que había que reclamarle al panadero si lo vendía más caro. El mensaje encabezaba con “La SUNDDE recomienda NO aceptar alza de precios en el pan canilla ya que éste comenzará a venderse a Bs. 100 (…)” Ese texto pronto pasó a ser titular en los medios. Sorprende la cartelización que operó en este caso pues el 12 de septiembre de 2016 casi todos los medios y portales de noticias publicaron idéntica nota de prensa, incluso periódicos oficiales como el Correo del Orinoco La SUNDDE tuvo que volver a desmentir el asunto. Lo malo es que pasaron cuatro días y el silencio oficial favoreció el caos.
Cajeros automáticos: El reciente caso de los cajeros automáticos llama mucho la atención, pues precisamente el alerta se difundió antes de los eventos del 2 de diciembre cuando una supuesta “falla” del Consorcio Credicard inhabilitó 207 mil cajeros electrónicos en Venezuela y generó caos en los bancos. El presidente Nico´las Maduro denunció el hecho como un “ciberataque” contra el sistema electrónico de la banca como parte de la guerra económica contra el país.
El medio digital “CCN Noticias” difundió el 29 de noviembre algo que venía circulando por mensajes de texto y que recomendaba “tomar previsiones”, es decir, sacar suficiente dinero del banco porque por cinco días no funcionarían los cajeros automáticos. El rumor se acompañó con otro: “corralito chavista”, término erróneo que buscaba crear zozobra y provocar una corrida bancaria en pleno diciembre, justo cuando el sector laboral cobraba su quincena y en algunos casos las utilidades.
Todos los casos mencionados son extremadamente sensibles porque se relacionan con cosas tan humanas como comer y tener dinero. El objetivo se logró y siempre la culpa recae sobre…Nicolás Maduro: “la culpa es de Maduro” “Maduro tiene que irse” “O te vas por las buenas o te vas por las malas”
Una Ley contempla lectura crítica de medios
No hay recetas para evadir este tipo de “ataques”, tan solo estar alerta sobre la fuente del mensaje e indagar antes de darle: “compartir”.
En Venezuela se han hecho intentos serios para educar al ciudadano, desde la escuela, en la lectura crítica de la información de los medios (y aquí tenemos que considerar todas las aplicaciones electrónicas como medios difusores de información). El Movimiento Periodismo Necesario hizo la propuesta (y fue aceptada por la Asamblea Nacional) de incorporar en la Ley Orgánica de Educación, en su artículo nueve unidades de formación “para contribuir con el conocimiento, comprensión, uso y análisis crítico de contenidos de los medios de comunicación social”, iniciativa que lamentablemente hasta ahora es letra muerta porque no se está cumpliendo.
Entretanto, vacúnate contra la propaganda negra. Infórmate, indaga. Y como ahora todos somos periodistas y comunicadores, por la capacidad de generar y publicar información, sin mediación alguna, gracias a Internet, sigue el sabio consejo de Gabriel García Márquez, antes de la hora de cierre: “En la carrera en que andan los periodistas debe haber un minuto de silencio para reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tienen” Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.
@LuisanaC16