Revista Viajes

Cafayate: Vinos y Atura en Argentina

Por Constanza @lamaletadecon
Recorrer Cafayate es recordar "Un lugar en el Mundo", aquella legendaria película  que llevaba a un grupo de soñadores a un lugar en el interior de Argentina. Sus calles, los coches, la cadencia de provincia, y un sol tan espectacular que nadie puede imaginar que estemos a tanta altura en los Andes Salteños.
A todas esas características que lo hacen un lugar maravilloso y único, se suma que allí tan alto, es una de las referencias vitivinícolas más exclusivas del mundo, ya que se cultiva vid a más de 2000 metros sobre el nivel del mar, y es uno de los destinos más extravagantes para los amantes de los vinos.
Situada en los valles Calchaquies al sudoeste de la provincia de Salta, casi en el límite con Tucumán, esta localidad que data desde 1840, en 2010 tenía , 13.300 habitantes. La mayoría de ellos vive del turismo y del sector servicios, que no para de crecer.
Son muchos los románticos y buscadores de lugares exquisitos los que se afincan allí, y muchos viticultores extravagantes encuentran en este lugar del norte argentino, un espacio irrepetible para hacer vinos exclusivos, caracterizados por la crianza en altura y por un clima seco y templado con una oscilación de 20 grados entre la noche y el día. Aquí es famosa la uva torrontes, que da unos vinos blancos muy afrutados y con un buen tanino, pero ya se están haciendo experimentos de cultivar otros varietales.
La zona coge cada vez más posibilidades de experiencias de culto para los amantes de los vinos, como puede ser el Museo de la Vid y el Vino, un emprendimiento llevado a cabo por el gobierno de Salta y que pone en valor toda la cultura y economía de la zona. Diseñado por los arquitectos Gustavo Borlasca y Héctor Berra, el espacio utiliza recursos visuales y sonoros para el culto a la Vid, y por otro al Vino. Situado en el predio del antiguo museo conocido con el nombre de Bodega Encantada, este recinto permite ahondar la cultura de Cafayate, y además de disfrutar de antiguos elementos para la producción del Vino.
Cafayate merece una estancia intensiva, pues aunque es una localidad pequeña son muchas las experiencias por vivir. Como en cualquier pueblo del mundo , cualquier visita ordenada arranca en la plaza del pueblo, una plaza cuadrada y foco de encuentro de todo lo que sucede. En una de sus aceras está la catedral -aunque de dimensiones pequeñas- llamada Nuestra Señora del Rosario. Es de estilo post colonial con influencia italianizante, y luego de 5 años de construcción se consagró en 1895.
No está mal sentarse en un banco de la plaza 20 de febrero a contemplarla, porque así contemplarás la cadencia del pueblo, los trajinares comerciales y los de los turistas.
En la esquina, hay dos paradas imperdibles. En una se come una tarde estupenda, y en la otra, es ineludible una degustación en la Heladería                   , ya que tienen helados de vinos de la Región. Destacan el Malbec y Torrontes, sin descuidar las especialidades regionales de cayote con nuez, miel de caña y Té de Coca.

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