Dos vidas distintas, en dos mundos opuestos se encuentran en común en Café de Flore, pero ¿que es Café de Flore? el director canadiense Jean-Marc Vallée, nos lleva dos ciudades distintas, en dos continentes distintos. Para adentrarse en el subconsciente del ser humano, dentro de todos su delirios y con algunas escena que deberían haber sobrado de por medio. Pero vamos al grano... esto es Café de Flore.
Para nuestro primer personaje, nos trasladamos a Motreal (Canadá). Antoine es un hombre que lo tiene todo, una familia perfecta, un trabajo que fue con el que llego a soñar cuando era joven, pero a pesar de ello, carga con un gran peso dentro de su conciencia. Este es el que desestabiliza todo su entorno, haciéndole caer en el alcohol, y en las drogas. Sintiendo remordimientos y culpabilidad tras haber dejado a su primera esposa (con la que tuvo dos hijas), para empezar una nueva relación con una nueva mujer que se cruzo en algún punto de su vida. Para describir a nuestro segundo personaje nos iremos hacía la ciudad de París (Francia). Jacqueline es una joven que tiene un niño con síndrome de Down, Laurent. tras dar a luz, el padre del niño les abandona, teniendo que llevar la carga de cuidar y educar a su hijo ella sola. Pero, al mismo tiempo no quiere ayudas, ni que internen a su hijo en algún colegio especial, ya que la propia madre quiere que sea educado como a un niño sin ninguna minusvalía. Laurent ira creciendo y viendo como en su mundo aparece una niña llamada Vero. Vero es una niña que también parece del síndrome de Down, ellos dos se enamoran y quieren estar juntos a todas horas, pero el destino puede llegar a darles alguna mala pasada. Los dos críos, metidos dentro de un mundo que no comprenden y que solo lo entienden por el cariño y el afecto que se sienten mutuamente. Antonie, y Laurent, dos vidas muy lejanas donde no se llegaron a conocer, pero que el director les une bao el mismo Café de Flore... ¿que es el Café de Flore?.Hay muy pocas imágenes que te pueden llevar a conducir a muchas palabras, y en el film de Jean-Marc Vallée, hay alguna imagen que sobra totalmente. Sobretodo al final de la película, donde en una escena del coche, hace que el amor inocente de los dos niños sea escupido de una forma muy bruta y visceral, que hacen que la película pierda mucho peso. Sobretodo en el mensaje que estaban dando, o intentaba el director transmitir. El film roza lo correcto, intentando meterte en lo problemático que resulta la mente, muchas veces en nuestros días, pero aún así, sigo intentando entrever que relación tendrían los dos personajes para poder llevar a realizar este film.
Los actores bordan sus papeles, haciendo que transmitan las emociones, tanto en lo más lucido, como en lo más oscuro de cada uno de los personajes. El film se llevo varios premios en los festivales de cine de Vancouver y Atlantic, como a la mejor película canadiense. Me ha gustado.- Marin Gerrier, el niño que hace de Laurent, esta esplendido en su papel.No me ha gustado.- Dos historias paralelas con un punto de vista enfocado en un disco de tecno. Pero esto no es lo malo, lo malo es cuando al final del film, al director se le va la cabeza y desperdicia un buen trabajo de una forma...Nota.-5'5/10