Fotografía: Juanjo Vega
Para celebrar el 20º aniversario de la publicación de La taberna del Buda, Café Quijano lanza Manhattan: warnermusicspain.lnk.to Concebido como la segunda parte de aquel y número 1 en ventas en España desde su primer día en la calle, Manhattan es más que el nuevo disco de los hermanos Manuel, Raúl y Óscar. Palabra del cantante y compositor Manuel Quijano, quien desde el otro lado del teléfono responde mis preguntas sobre estas 10 canciones y un total de 25 años de carrera.
Una fácil para empezar, cortita y al pie: ¿por qué titular Manhattan a esta segunda parte de La taberna del Buda y no León directamente? Como en casa en ningún sitio y sé que vosotros no podéis estar más orgullosos de vuestra tierra.
Desde luego que estamos orgullosísimos, pero lo de "Manhattan" viene por otra vinculación con esa ciudad desde hace muchos años. Siendo bastante jóvenes viajábamos a Florida y de repente nos escapábamos a Nueva York. Curiosamente no ha sido un hecho aislado. La noche que pasamos en The Box poco antes de la pandemia, Domingo Zapata, amigo y pintor, nos llevó a un sitio muy especial y donde surgió esta historia bastante edulcorada, por cierto. De ahí el título de la canción y, por consiguiente, del disco. En Manhattan confluyen muchas cosas.
El 20º aniversario de un disco que vendió cerca de un millón de copias es una de esas cosas que merece la pena celebrar, ¿pero en qué momento y cómo se os ocurre hacerlo con Manhattan? Podríais haber lanzado una reedición con extras de La taberna del Buda y salir de gira igualmente, no seríais los primeros ni los últimos...
Sí, lo otro era demasiado fácil y nos apetecía estrujarnos más la cabeza y hacer algo nuevo. Queriamos demostrar que éramos capaces de hacer algo que tuviera que ver con aquello y de estar a la altura. Queríamos celebrar el 20º aniversario por todo lo alto, no con una reedición o con duetos de las canciones viejas, sino con temas nuevos que tienen mucho que ver con aquel concepto del año 2001.
Claro, y para redondear el homenaje, a grabar a Los Ángeles como hicisteis con La taberna del Buda y con los mismos músicos. ¿Repetisteis en los Westlake Recording Studios? ¿Con quiénes habéis grabado Manhattan exactamente?
Así es, repetimos en Westlake y lo hicimos con parte de los que grabamos La taberna del Buda: Vinnie Colaiuta en la batería, algunas guitarras con Michael Landau, quien fue el artífice de aquello, y por supuesto en la ingeriería Humberto Gatica, que fue el productor de aquel disco. En esta ocasión lo hemos producido Iván 'Melón' Lewis [reciente ganador del Grammy Latino] y yo. Le dimos un toque de nostalgia instrumental al disco con la aportación de estos bestias de los estudios de grabación.
¿Y qué hay de Olga Tañón?
¡Qué va! [risas] No hay ninguna colaboración, nos apetecía hacerlo todo muy puro y original, sin ninguna colaboración.
¿Qué sentisteis al veros allí de nuevo en Los Ángeles después de tanto tiempo? Imagino que debió de ser emocionante...
Fue muy emocionante, pero habíamos vuelto antes porque como pasamos mucho tiempo en Florida de vez en cuando nos escapamos a Los Ángeles. Además allí grabamos el siguiente disco, yo había grabado dos discos en solitario, vamos, no era un salto de 20 años después. Sí es cierto que nos pilló en un momento complejo por la pandemia, era una ciudad con muchas restricciones, con la gente muy asustada, incluso con pocos lugares donde poder sentarte y comer tranquilamente. Fue una época bastante mala comparada con las que habíamos conocido anteriormente.
Si no quedasteis muy satisfechos con la última experiencia lo mismo tenéis que volver a grabar allí una tercera parte de La taberna del Buda, ¿no?
[risas] No sería mala idea. El ambiente en la ciudad no era el mismo 21 años después, pero hemos quedado muy satisfechos con el resultado, más de lo que imaginábamos.
Por cierto, ¿antes de La taberna del Buda vosotros sabíais que Michael Jackson grabó su disco Thriller en el 82 en Westlake o lo descubristeis después?
Sí, lo sabíamos porque nos hablaron mucho sobre estos músicos con los que grabamos. Hay que tener en cuenta que tanto Landau como Colaiuta, todos ellos han grabado el 80% de los mayores éxitos mundiales desde los años 80. Sabíamos que allí pasó mucho tiempo Michael Jackson y el mono que tenía en esa época. Nos contaban mil anécdotas [risas].
Pregunto por si entonces erais mitómanos o seguís siéndolo, qué sé yo...
No, nunca hemos sido mitómanos. Como a todo el mundo nos llaman la atención las historias que hay detrás de las canciones y de los artistas, las anécdotas, pero nada más.
Este dato quizás te guste también. En la versión inglesa de la Wikipedia, en la entrada dedicada a estos estudios de grabación, vosotros sois los primeros de la lista de artistas destacados que han pasado por allí, por delante de Donna Summer, Giorgio Moroder, Billy Idol, Gilberto Gil o Madonna, ¿lo sabíais? Bueno, en concreto ahora mismo se lee “Café Quojano”, pero sois vosotros...
¡Qué bonito! [risas] No lo sabía, pero me das una alegría. ¡Qué bueno!
Seguro que vosotros también tendréis más anécdotas y mucho mejores relacionadas con las grabaciones de La taberna del Buda y de Manhattan...
Lo de las anécdotas es curioso. Si me preguntas ahora así, pues no sabría decirte alguna de las miles que hemos tenido de estas grabaciones o de todos estos años...
Venga ya, ¿nunca os cruzasteis con alguna estrella en aquellos estudios?
¡Sí! En aquella época de La taberna del Buda, como pasábamos muchas semanas allí, nos encontrábamos con Marilyn Manson, Missy Elliot o Lionel Richie. Recuerdo que Laurence Fishburne, el actor de la película Matrix, siempre aparcaba en la puerta su Aston Martin y le decíamos que entrara a grabar con nosotros, que cantara. Muy cachondo [risas].
La nota de prensa de Manhattan asegura que se trata de “la fiel y digna continuación” de La taberna del Buda, de “sonido tabernero” e “historias que son puros cortometrajes”. Por partes, ¿son historias compuestas a raíz de decidir grabar una segunda parte o ya había alguna canción terminada o algún borrador esperando su oportunidad?
Para nada, en ningún momento guardamos canciones en un cajón porque nos apetece tenerlas frescas. Tenemos la sensación de que todo lo que se queda en un cajón, se queda viejo. Quizás estemos equivocados, pero nunca hemos recurrido a canciones de atrás.
¿Se trata de historias relacionadas con aquellas de La taberna del Buda o esa no era la premisa? La historia del primer adelanto La jamaicana me recuerda a la de cierto hotel, pero quizás me haya venido arriba y no tenga nada que ver...
[risas] Tiene que ver la parte geográfica, de donde viene la protagonista. En otra entrevista nos lo han comentado y es verdad, en La taberna del Buda hubo una historia relacionada con Jamaica y en este disco también, pero ha sido sin premeditación. Conexiones de manera involuntaria.
Otra conexión, a ver si te pillo otra vez: En Las llaves de Raquel ya os referíais a un cabaret, pero tampoco sé si será el mismo cabaret del single Manhattan que frecuenta Domingo Zapata, el pintor español afincado en New York...
[risas] ¡Otra vez! Es bonito esto que me cuentas porque ni nosotros mismos nos habíamos dado cuenta de ello. Es verdad que en Las llaves de Raquel hablamos de un cabaret, porque no creo que haya otra canción en otro disco que hable de un cabaret. Si encuentras más conexiones de este tipo llámanos de nuevo, por favor, que nos interesa [risas].
Venga, pero la siguiente conexión descúbremela tú. ¿Dónde está el Buda en Manhattan? Hace meses visité por primera vez La Lola en León, el pub de vuestro padre, y comprobé que es un lugar que inspira desde que cruzas el umbral.
Estos guiños a los que te refieres no los habíamos visto nosotros, de veras. Habría sido bonito ir haciendo este tipo de conexiones en todas las canciones, pero no. En cuanto a La Lola sigue siendo un local muy especial, pero lo era más aún en aquella época.
Corrígeme si me equivoco, pero en La vida no es la, la, la, vuestro anterior trabajo álbum de estudio de 2018, ya volvisteis a apostar por contar historias en vuestras canciones y el sonido era Quijano. ¿Entonces qué hace diferente a este Manhattan?, ¿qué tiene de especial?
El anterior disco era más bien de transición después de los boleros, nos fuimos mucho a unos ritmos latinos que no eran la esencia de este otro disco. La base y el concepto no tenían mucho que ver ni con La taberna del Buda ni con Manhattan.
Repetir el éxito que alcanzasteis con La taberna del Buda es dificilísimo, con aquella gira en la que, según tengo entendido, batisteis el récord de artista español con más directos en una sola gira, es decir, más de 200 conciertos y un millón de espectadores, pero aún así tendréis unas expectativas depositadas en Manhattan... ¿cuáles son?
Siempre depositas expectativas en las cosas que haces, pero no nos ponemos ninguna meta ni pretensión especial. Nuestra mayor expectativa es que guste, que la gente lo reciba de buen agrado porque es la que hace la publicidad del disco, el boca a boca.
Y más allá de este disco, ¿cuáles son las expectativas de los hermanos Quijano? Después de tantas cosas como habréis vivido en estos últimos 20 años, ¿qué es el éxito?, ¿se trata de un concepto que ha cambiado para vosotros o siempre habéis tratado de mantener los pies en el suelo?
Si nos paramos a pensar y porque nos lo recordáis vosotros, el balance que hacemos son los años que llevamos en esto y la satisfacción que supone seguir aquí. En ningún momento tenemos el más mínimo atisbo de cansancio, de hastío o intención de irnos. Al contrario, tenemos las mismas ganas o más que al principio, porque ahora somos más conscientes que nunca de lo que estamos haciendo y del privilegio que supone esto, algo de lo que no éramos conscientes hace 20 años. Nuestra máxima aspiración es seguir 20 años más.
¿Ni siquiera os desilusiona ver lo loco que está el mundo?
Lo de este mundo es una barbaridad. Nos desilusiona en lo personal, nos desanima, pero en lo profesional no nos influye en nada. Nos da pena ver cómo un tarado como Putin es capaz de desestabilizar el mundo de esta manera, por un capricho, sin justificación ninguna.
Para terminar y a propósito de La taberna del Buda, de parte de un amigo, que conste: ¿exactamente cuál era "aquel hotel jamaicano" donde se jugaba "a lo prohibido"? Por si continúa en pie después de estos 20 años, claro.
Sí, el hotel Hedonism. Sigue existiendo cerca de Negril y la gente iba allí a tener experiencias religiosas [risas].