Café y cigarrillos para un funeral es el último trabajo de Roberto Martínez Guzmán, un relato que actualmente se está publicando por entregas en la página de Serial Books, web a través de la cual se pueden ir siguiendo de forma gratuita diferentes historias cuyos episodios se van publicando periódicamente. Aunque de momento hay publicadas seis entregas, en mi caso he tenido acceso a la historia completa para poder contaros mis impresiones sobre ella.
"Café y cigarrillos para un funeral" nos presenta el caso del doctor Delfín Sánchez, un hombre que a punto de cumplir los cincuenta años se presenta en la comisaría de Ourense para denunciar las amenazas que desde hace un año está recibiendo en su domicilio en forma de cartas anónimas anunciándole su muerte, la cual se producirá en un par de días, coincidiendo con la fecha y hora de su nacimiento. Como añadido a las cartas, durante los últimos días han empezado a llegar a su domicilio coronas de flores, lo que hace que la policía se decida a investigar quién se encuentra detrás de todo esto, investigación a cargo de la que estará la inspectora Eva Santiago.
Como os decía al principio, estamos ante un relato largo pues Café y cigarrillos para un funeral se compone de poco más de cincuenta páginas que quedan agrupadas en cuatro partes o capítulos: La denuncia, La encuesta, La espera y La verdad. A su vez, cada una de ellas presenta divisiones internas que vienen determinadas por el día y la hora en los que transcurre la acción, extendiéndose desde el viernes día diecinueve de julio, que es cuando Delfín se presenta en la comisaría, hasta el lunes siguiente, día en el que el caso queda resuelto. De esta manera el relato resulta muy dinámico, pues no solo desde el principio se nos presenta un planteamiento que despierta nuestra intriga invitándonos a continuar, sino que la estructura utilizada hace que avancemos con gran agilidad, por lo que su lectura no nos va a llevar demasiado tiempo. El estilo narrativo de Roberto Martínez Guzmán también contribuye a que esto sea así gracias tanto al uso de una prosa sencilla, fluida y directa como a las partes dialogadas en las que se sustenta buena parte del relato.Teniendo en cuenta su extensión, no vamos a encontrar en Café y cigarrillos para un funeral un gran número de personajes ni tampoco es necesario profundizar excesivamente en los que aparecen más allá de lo verdaderamente importante para el curso que siguen los hechos. De esta manera tenemos dos figuras principales que son el propio Delfín, a través de quien se reflejará la situación que está viviendo y la incertidumbre y angustia que esta conlleva, y la inspectora Eva Santiago, encargada del caso y que para algunos lectores ya resultará conocida pues también aparece en Muerte sin resurrección.El resto de figuras quedan en una especie de segundo plano aunque con gran importancia, pues casi todos ellos van a ser sospechosos por lo que tendremos que seguir con atención lo que se nos va contando sobre ellos para intentar desvelar quién se encuentra detrás del envío de las cartas, e incluso si queremos ir un poco más allá, establecer una teoría sobre el motivo por el que quiere asesinar a Delfín. En relación con este punto, el autor ha organizado en su blog un concurso o reto mediante el que desafía a sus lectores a descubrir cómo finaliza la historia, teniendo como únicas pistas las entregas que hasta ahora hay publicadas.Anteriormente os comentaba que Roberto Martínez Guzmán conseguía captar la atención del lector desde las primeras páginas con un llamativo planteamiento ante el que es complicado no seguir leyendo. Se plantean múltiples interrogantes en la mente del lector en torno al origen de las cartas, a los motivos por los que querrían asesinar a Delfín, la forma en la que sucederá o si finalmente el asesino, de existir, conseguirá llevar a cabo su propósito, lo que hace que la historia nos atrape y no podamos parar de leer hasta llegar a descubrir la verdad. Y si el inicio cuenta con todos los ingredientes para engancharnos, el autor sabe como mantener el suspense y la intriga a lo largo de su desarrollo, desvelando la información de una forma progresiva y dejando que los lectores compongamos nuestras teorías en función de esta. Llegamos así a un final que está a la altura del resto del relato, dándonos un cierre coherente con lo que hemos leído anteriormente y que nos demuestra que Roberto no ha jugado con el lector, sino que los datos estaban expuestos y al alcance de cualquiera de nosotros, aunque en mi caso no he logrado acercarme a su resolución.En definitiva, Roberto Martínez Guzmán nos ofrece en Café y cigarrillos para un funeral un relato bien escrito y desarrollado en el que la intriga está asegurada, por lo que desde aquí os animo a registraros en la web de SerialBooks para poder disfrutar gratuitamente de las entregas que hasta ahora se han publicado. Además una vez leídas y si creéis tener claro el desenlace de la historia, podéis tomar parte en el concurso que como os he comentado anteriormente, el autor tiene activo en su blog.Gracias al autor por facilitarme el ejemplar para su reseña