Caixa Laietana redujo un 45,7% su beneficio en 2010, hasta los 15,3 millones

Sin hacer ruido Caixa Laietana presentó ayer a la CNMV las cuentas no consolidadas de la entidad, correspondientes a 2010. Recordemos que la caja catalana se encuentra en un proceso de conversión a entidad bancaria (SIP) que lidera Caja Madrid, el Banco Financiero y de Ahorros que prevé una rápida salida a Bolsa prevista para este mismo año.
De entrada la actividad ordinaria se ha visto constreñida de manera importante. En general todos sus márgenes descienden. El de intereses no alcanza los 100 millones de euros (93,197 millones) lo cual supone una caída respecto del dato del ejercicio anterior de un 40,8%, concentrada en buena parte en el segundo semestre.
El margen bruto descendió en un 27,73% hasta los 149,64 millones. El porcentaje no es más abultado gracias a un incremento en los resultados procedentes de operaciones financieras. Destaca muy negativamente el resultado de la actividad de explotación que presentó una caída del 81,77% (hasta los 10,47 millones) debido a las dotaciones por provisiones que se ha visto obligada a realizar la entidad (37,58 millones) y a las pérdidas por el deterioro de activos financieros (de 14,5 millones).
El resultado del ejercicio, de 15,3 millones, supone una caída del 46%. A este cifra se le ha de restar casi 63 millones por pérdidas de valoración de activos (los resultados presentados son los individuales ya que el consolidado se realiza entre todas las cajas que integran el SIP, a saber Caja Madrid, Bancaja, Caja Segovia, Caja de Avila, Caja Rioja, Caixa Laietana y Caja Insular de Ahorros de Canarias). De tal manera que, finalmente, el patrimonio neto de la entidad se reduce substancialmente desde los 480,7 millones de 2009 a los 218 millones.
La actividad crediticia que se integrará en la SIP asciende a 6.906 millones. Recordar que los activos financieros con los que nacerá el Banco Financiero y de Ahorros ascienden a 328.000 millones por lo que el peso de Laietana en el conjunto será del 2,1%.
Por otro lado, quedan fuera 724 millones de activos financieros disponibles para la venta, los menos atractivos, que no se integrarán en la SIP y que se destinarán a un grupo empresarial no cotizado.
La caja que dirige Josep Ibern y que tiene su sede en Mataró a una veintena de kilómetros de Barcelona, ha reducido su plantilla ligeramente en 25 personas. A finales del pasado año disponía de 1.105 empleados.