En la pasada Navidad hemos sido anfitrionas de varias comidas y cenas entre familiares y amigos. Una de éstas se celebró de manera informal, tipo bufet, colocándose en el centro de la mesa esta cajita que tuneamos en su día , conteniendo las servilletas de papel y los cubiertos. Y fue todo un éxito, tanto que, una de las comensales se encaprichó de ella y nos pidió una similar. Teníamos una en el taller pintada de verde, y como nos dieron carta blanca, aprovechamos el color de base...,
..., para contrastarla con nuestro mint del alma.
Nos quedaban cuatro tapones, justo los que necesitábamos y que, de nuevo, unimos a la base con cola blanca de carpintero.
Unos cromos a estrenar...
..., y una nueva cajita con patas lista para ser usada.
Cada cara tiene un motivo diferente.
El interior y el exterior contrastan en sus colores, igual que hicimos con la primera que aparece al fondo.
Así la dispusimos en Navidad, con las servilletas y los cubiertos de los comensales
Pero no hay que esperar a que sea un día especial para lucirla; como servilletero la usamos a diario, y estamos seguras de que esta nueva versión también cumplirá esa misión...,
..., alegrando la mesa cada día.
Y no queríamos irnos sin enseñaros los regalos tan bonitos que hemos recibido de parte de Isabel, la autora del blog Mermelada de tomate. Fuimos las flamantes ganadoras del sorteo que celebró a finales del año pasado, y en donde sorteaba la inicial (iniciales en nuestro caso) de la agraciada, bordada por ella misma. Tenemos que deciros que Isabel tiene una mano maravillosa para todo tipo de labores, y ha sido un privilegio tener algo tejido con tanto mimo. ¡Gracias amiga!
¡FELIZ FIN DE SEMANA!