Cajones

Por Hogaradas
Cuando voy a casa de mis padres me encanta meterme en mi habitaciуn y comenzar a abrir uno por uno todos los cajones, de los que salen objetos que tantos y tan buenos recuerdos me proporcionan. Lo hago sobe todo si voy sola, cuando tengo mбs tiempo, asн que mientras mi madre trajina por la cocina y mi padre estб sentado frente al televisor, aprovecho para perderme por un rato en ese mundo del que tuve la suerte de participar y que tengo celosamente guardado en mi memoria.
Este dнa, como tantos otros, fui abriendo uno tras uno todos los cajones, cogiendo de aquн y de allб cada uno de esos pequeсos objetos que guardan en su interior y de la mano de los cuales me llegan historias de ese pasado que forma parte de mi vida y que permanece ahн, escondido en esos cajones, a la espera de que yo los abra para salir con toda la fuerza y la energнa con la que vivн todos y cada uno de los momentos que relatan.
Libretas con mis primeras poesнas, de amor, y desamor, mбs de este ъltimo, porque por aquel entonces recuerdo que no eran mis amores, precisamente, correspondidos. Folios sueltos con pensamientos, citas de libros, poesнas, firmas de las amigas del Instituto con sus mejores deseos, mis primeros cuentos, un estucho que conserva todavнa los restos de lo que fue mi herramienta de trabajo en los aсos de Facultad y fotos, muchas fotos.
Creo que ya os hablй un dнa de ello, de que siempre me ha gustado la fotografнa, de mi cбmara Kodak y su flah de cuatro fotos, giratorio, del dнa en el que la recibн en la habitaciуn de mis padres, y del formato cuadrado de sus fotos, excesivas en tamaсo las de Holanda, e imposibles de encajar en ningъn marco.
Бlbumes de fotos de dнas de cumpleaсos, de viajes, de nevadas, fotografнas con gente que sigue formando parte de mi vida, de quienes lo hicieron y no podrй recuperar jamбs, o de quienes he ido perdiendo por el camino.
De los dos pequeсos cajones del escritorio, tengo especial predilecciуn por el derecho, porque en йl se encuentra uno de los secretos que he guardado celosamente durante muchнsimos aсos, hasta el dнa de hoy, tan celosamente guardado que nadie mбs que yo lo conoce. Se trata de un pequeсo marco azul, de plбstico, en forma de corazуn, de un composiciуn fictia en la forma, pero real, tan real como aquellos dнas a comienzos del mes de diciembre, tan real como aquella pregunta a la vuelta, perfecta, al igual que la mejor de las compaснas que pude tener, tan tierna como lo son los pocos aсos y la inexperiencia.
Cajones y mбs cajones, al fin y al cabo quй es la vida mбs que eso, un cъmulo de experiencias, de momentos vividos, de lugares descubiertos, de personas queridas, de cosas que hemos ido guardando en los cajones, que van ocupando discretamente su propio espacio y que esperan ansiosas ese dнa en el que vayamos abriendo uno por uno y descubriendo otra vez todos y cada uno de los tesoros que guardan tan celosamente, nuestros recuerdos.