Revista Sociedad

Calabazas democráticas

Publicado el 06 febrero 2016 por Abel Ros

Por mucho que Pedro se esfuerce en conquistar La Moncloa; la amalgama parlamentaria le dará calabazas el día de la marmota. Le dará calabazas – como dicen en mi pueblo – porque la "altura de miras" de nuestros queridísimos políticos no sobrepasa la azotea de sus intereses partidistas. Así las cosas, la convocatoria de elecciones para el próximo verano; se acaricia como la opción más probable en las quinielas mediáticas. Ahora bien, tanto Rajoy como Sánchez serán los más damnificados en la segunda vuelta a la francesa. Lo serán; el primero por haber renunciado al debate de investidura y, el segundo por fracasar en el intento. Por su parte, Podemos y Ciudadanos serán los galardonados en la noche de los Goya. Lo serán; el partido de Pablo Iglesias por la crisis socialista y; el partido de Rivera; por la desintegración del "marianismo".

De cara a los próximos comicios, Pepé y Pesoe deberían tocar otras teclas si quieren que la obra suene diferente. Para ello, lo más inteligente sería que tanto Pedro como Mariano pusieran sus cabezas a disposición de sus partidos. No olvidemos que los socialistas han obtenido el peor resultado de su historia y, los populares han perdido el rodillo del Congreso. El "marianismo" representa – en palabras de Jacinto – el desmantelamiento del Estado del Bienestar; las ruedas de prensa sin preguntas y las corruptelas de palacio. El "sanchismo", por su parte, a la izquierda obsoleta de los tiempos felipistas y a los últimos errores del "zapaterismo". Luego, tanto Rajoy como Sánchez no serían enfermeros eficientes para curar las heridas que se avecinan en el seno de sus bastiones.

Aparte de nuevos líderes, "la vieja política" necesita reinventar su discurso para ser atractiva. Por parte del Pepé sería conveniente establecer medidas drásticas para erradicar – de una vez por todas – la corrupción de su tejado. Medidas como: eliminar la institución del aforamiento y el cese inmediato de cualquier cargo investigado, serían bienvenidas por un electorado cansado de tanto cachondeo. Otra solución, por parte del PP, sería la elaboración de un discurso más keynesiano que merkeliano para recuperar la simpatía de la clase empobrecida. Por parte del partido socialista, la principal medida pasaría por recuperar los discursos del primer Zapatero; aquellos que dejaron huérfano de palabras a las siglas de Llamazares. Con tales retoques, tanto Pepé como PSOE evitarían apaciguarían la huida de votantes hacia los portales vecinos. Una huida que podría terminar con un realineamiento del voto, o dicho de otro modo, con una reestructuración del pódium pluralista.

En caso de que se convocaran nuevas elecciones, el Pepé sacaría tajada del paréntesis electoral; la sacaría porque, – como indican las organizaciones internacionales -, los brotes verdes de ZP serán más visibles en la ansiada primavera; algo que servirá al Partido Popular para entonar el "España va bien" de los tiempos aznarianos. Por su parte, la crisis de liderazgo en el partido socialista sería una oportunidad de oro; para que la ahijada de González.- Susana Díaz – se dejara querer por los barones regionales. Mientras tanto, Podemos haría leña del árbol del caído; aprovecharía el "intento fallido de Sánchez", como argumento para liderar el buque de la izquierda. Por su parte, Albert Rivera subiría como la espuma; subiría, como les digo, porque ni ha fallado en el intento; ni le ha planteado a S.M. un reparto de sillones.

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