Como ya es norma general en la colección (y confiemos en que siga siéndolo), aunque alguno de los miembros del equipo pueda destacar en algún aspecto, todos ellos mantienen muy buen nivel, no haciéndose aburrida ninguna de sus lecturas; no existen inclusiones de relleno en la selección. A continuación, como siempre trato de hacer con las antologías, daré mi opinión de cada integrante por separado (por orden de aparición en el libro), señalando los que según mi criterio intentan levantar la cabeza un poquito más sobre el ya por sí alto nivel de la antología:
Garras para Algernon (por Pedro López Manzano). Aunque es un relato con muchas referencias, el principal homenaje es hacia Flores para Algernon de Daniel Keyes, el inmenso clásico de cifi, aunque dándole un par de vueltas de tuerca extra.
Involución evolutiva (por Andrés Díaz Hidalgo). Un Frankenstein genéticamente modificado será perseguido, no por granjeros con azadas y horcas, sino por profesionales bastante mejor preparados.
Una lejana torre de marfil (por Óscar Muñoz Caneiro). Historia tensa y lograda que juega con el mito judío del Golem en una situación complicada.
Dampfmann, Frankenstein revelado (por Francesc Barrio). Revisión del mito de Frankenstein en forma de diario de larga duración.
Andy (por Tomás Blanco Caraco). Interesante y agridulce narración cifi de corte asimoviano que aborda la recurrente cuestión de los límites de la humanidad desde una perspectiva sugerente. Relato destacado.
Las 23 llaves del Armagedon (por Magnus Dagon). La ciencia más avanzada y el mito más extendido se dan la mano para apuntar hacia una idea brillante.
Gargantúa (por Javier Fernández Bilbao). Aborda con eficacia y saber hacer el clásico del científico dispuesto a dar un paso más que el resto. Un paso o los necesarios.
Hombres de papel (por Manuel Mije). Quizá la historia más original, encuadrada en un entorno de espionaje, en la que la metaficción supera a la ficción. Relato destacado.
Lógica (por José Manuel Fernández Aguilera). Peculiar e interesante narración cifi que mira de reojo a Asimov con un tono desenfadado.
Victoria, o la moderna prometida (por Miguel Martín Cruz). Narración sobre científico pasado de vueltas en la que destaca su jugosa resolución.
Recuerdos en la sangre (por Pedro Moscatel). Relato basado en una buena idea en el que destacan especialmente sus diálogos, naturales y divertidos. Relato destacado.
Tan solo recortes de prensa (por Juan Ángel Laguna Edroso). Historia singular y divertida cuyas mayores virtudes (y problemas) derivan de su formato: tan solo recortes de prensa.
Vestida de azul (por Santiago Eximeno). Para el final la que quizá sea la historia más espeluznante de la antología, sobre muñecos que dan mal rollo, pero lejos de los tópicos. Relato destacado.
En definitiva, una buena colección de cuentos, en general más acerca de profesores pasados de rosca y de experimentos que se van de las manos que de monstruos fantásticos, y por lo tanto más cercana a las bases de la ciencia ficción que a otros géneros más frecuentes en otros Calabazas, pero igualmente interesante.
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