Los calambres nocturnos en el embarazo son un problema más común de lo que parece, pese a que muchas mujeres todavía no lo sepan. De hecho, es algo común hacia finales de la gestación.
Para evitar estos calambres es necesario tener una dieta equilibrada bebiendo la suficiente cantidad de líquido. Se recomiendan lácteos para aliviar las molestias, así como cereales y frutos secos por vitamina E, alimentos ricos en magnesio, pero especialmente los plátanos por su gran riqueza en potasio, pero sin abusar de ellos ya que como hemos dicho se ha de tener una dieta equilibrada.
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Si se tiene un calambre, se ha de estirar de forma suave y pasiva en la pierna, un estiramiento lento del músculo.
También se debe realizar una buena rutina de ejercicios y evitar estar mucho tiempo en la misma posición para que la circulación fluya mejor. Se debe evitar las ligas o cintas que oprimen las piernas y el calzado con tacones altos.
Estirarse antes de ir a la cama puede ser una buena idea para evitar los calambres nocturnos en las piernas, ayuda mucho con su prevención, además de dando con las causas y especialmente adquiriendo unos buenos hábitos de vida.
Los calambres nocturnos de las embarazadas también pueden ser debidos, si se da en las extremidades inferiores, a la falta de calcio, cuando la cantidad consumida es menor a 700 mg al día.
Y es que los calambres en el embarazo pueden deberse a la mala circulación, a la falta de calcio, de potasio, de magnesio, a la fatiga muscular, a la deshidratación u otros trastornos metabólicos así que lo primero es luchar contra la causa que da lugar a esto y tener una buena rutina diaria.
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