Los calçots, auténtica estrella de la jornada.
Este año, el alma mater de esta manifestación, Isidre Papiol, ilustre tarraconense residente en la Comunidad de Madrid, tuvo que hacer frente a un desafío de tipo logístico, que ha superado con sobresaliente. Los restaurantes que venían utilizándose como sede para esta manifestación gastronómica anual (el Asador Ángela o el Gurugú), o bien han cesado su actividad, o bien proponían precios desproporcionados para el carácter familiar, popular y tradicional de la Calçotada. Finalmente se escogió el MOMO Sports Club La Dehesa, en el Centro Comercial del mismo nombre de Alcalá de Henares, junto a la A-2, la Autovía del Nordeste. Su propuesta resultaba muy tentadora en muchos aspectos. Y no fueron promesas vagas, pues, tras la celebración, se puede afirmar sin reparos que la elección fue un rotundo éxito.
Pequeña exposición del plato estrella del menú: los calçots con
su salsa romesco y el tradicional porrón para el vino.
Puntos de autoservicio para el pan, con todos los ingredientes para
poder untarlo con ajo y tomate, a voluntad.
Resumen del menú: la teja con los calçots asados, la botifarra amb
mongetes, con su patata asada y salsa all-i-oli, y la Costrada de Alcalá.
Los calçots, sobre la parrilla con brasas de sarmiento.
Para asar los calçots hace falta un buen fuego y algo de habilidad.
Asando las butifarras a la brasa, para el segundo plato.
Uno de los éxitos de la jornada fue la oferta específica para niños de hasta 14 años, que incluía no sólo un menú adaptado para ellos sino también una Ludoteca con monitor especializado, lo que permitió que los padres disfrutaran de la celebración sin tener que preocuparse de los niños, permanentemente atendidos por personal cualificado. Así, los pequeños pudieron entretenerse con sus propios juegos o correteando por una zona exterior del recinto cerrado, sin peligro alguno. La disposición del personal de MOMO fue excelente, y todos estuvieron involucrados en el éxito del evento desde el primer momento. Así, fue posible, sin ningún problema, la colaboración de convocantes y también de asistentes en la elaboración de la salsa romesco, para la que se utilizó aceite de oliva virgen extra El Vergerars, de la Cooperativa Agrícola de Salomó (comarca del Tarragonés, provincia de Tarragona) procedente de aceitunas arbequinas. El asado de los calçots fue impecable, así como la disposición de mesas y puntos de autoservicio, y también el servicio en general. La Calçotada se inició en torno a la una y media de la tarde. La degustación de calçots fue precedida de una degustación de vermut, cortesía de los Cellers Domenys.Todo preparado para la llegada de los asistentes.
Los asistentes fueron llegando gradualmente, y empezaron
familiarizándose con los servicios disponibles.
Entrega de tickets y el correspondiente delantal, a la llegada
de los asistentes.
Algunos de los asistentes, entregados con fruición al pelado, untado y
degustación de los calçots.
Las nuevas generaciones se han ido incorporando al evento,
aprendiendo a apreciar esta tradicional gastronomía.
Las posturas que se adoptan durante la degustación de los calçots
despiertan inevitablemente algunas chanzas inocentes.
Exposición de los diversos obsequios que se sortearon al final de la comida.
Presentando la mecánica del sorteo.
Algunos de los agraciados en el sorteo, posando con las presentadoras del acto.
La celebración fue un éxito, demostrado por el aplauso espontáneo del público asistente durante el brindis con cava, especialmente dirigido a los convocantes y organizadores. Este año, el equipo se ha reforzado en torno a Isidre Papiol, con la participación activa de algunos asistentes de las nuevas generaciones, lo que le da continuidad a un evento que el año próximo cumplirá sus primeras dos décadas. Otro factor muy importante que le augura un futuro muy prometedor a la Calçotada Anual de Hermanamiento fue la incorporación de los más jóvenes, y su progresiva familiarización con la tradición gastronómica de los calçots, como se puede comprobar en algunas de las fotografías que ilustran esta crónica. El estupendo marco bucólico de la zona, con muchas zonas verdes y presidida por el Cerro del Ecce Homo, en el Parque de los Cerros de Alcalá de Henares, declarado como Monte de Utilidad Pública, así como la perfecta organización del acto, contribuyeron a crear el deseo en el casi centenar de asistentes, de que el MOMO Sports Club La Dehesa pueda seguir siendo la sede de esta fiesta para los años sucesivos.La sobremesa y la tertulia se prolongó hasta las seis de la tarde.
Destacó la presencia, a título personal, de Doña Marta Viñuelas quien, desde su anterior cargo de Concejal de Turismo del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, siempre apoyó decididamente las actividades de hermanamiento Tarraco Complutum. La sobremesa y sus correspondientes tertulias se prolongaron hasta las seis de la tarde. Agradezco muy vivamente al equipo organizador la aportación de las fotografías que he incluido en esta crónica, especialmente al propio Isidre, a su hijo y a Patricia. Y hasta el próximo año, en la Calçotada 2017.