Revista Cultura y Ocio

Calçotada en Alcalá de Henares

Por Jmbigas @jmbigas
El llamado Corredor del Henares no parece, desde luego, la tierra natal de la tradición de la calçotada. Comer los calçots, una especie de cebolleta, asados al fuego, es una tradición típica de algunas comarcas tarraconenses, especialmente en la zona de Valls.

Calçotada en Alcalá de Henares

Parrillas sobre el fuego, donde se están asando los calçots
(JMBigas, Marzo 2011)

Sin embargo, una de las maravillas de este mundo globalizado es que casi cualquier cosa puede suceder en cualquier parte. Este sábado, unas 120 personas hemos tenido la suerte de compartir un menú de calçotada en el Asador de Ángela (ctra. de Daganzo, junto a la A2, en Alcalá de Henares). El evento ha sido organizado por la Asociación de Amigos de las Comarcas Tarraconenses, con Isidre Papiol al frente. Dicho sea de paso, como ya viene siendo habitual en los últimos años. El acto ha sido reseñado por el Diario de Alcalá.La cita era a la una de la tarde, y el precio del menú, 27 euros. A esa hora, las parrillas con calçots estaban ya a plena producción, en una gran hoguera dispuesta en el patio del Asador. Una media hora más tarde, los calçots empezaron a servirse envueltos en papel sobre las características tejas. En mesas dispuestas por el patio, con porrones de vino tinto joven de Madrid y boles de romesco de almendra y avellana, empezó el festín.

Calçotada en Alcalá de Henares

Calçots asándose sobre las parrillas
(JMBigas, Marzo 2011)


A cada comensal se le había suministrado un gran babero, para evitar mancharse más de lo imprescindible. Porque la liturgia de la calçotada impone que, uno a uno, se coja el calçot asado y se despoje de su envoltura verde, hasta que quede en la mano el núcleo blanco. Este se unta en el romesco y se come como quien devorara un péndulo. El calçot, a modo de hisopo, tiende a propulsar el exceso de salsa en todas direcciones. Las manos acaban tiznadas de la envoltura asada al fuego; el babero, si hay suerte y destreza sólo el babero, queda manchado de romesco. Y todos disfrutan del placer de comer los calçots, con intervalos regados con traguitos de vino directamente desde el porrón (aunque siempre suele aparecer algún vaso o copa para el vino, para los más finos o los menos duchos).

Calçotada en Alcalá de Henares

Tejas para servir los caçots
(JMBigas, Marzo 2011)

Una vez terminados los calçots en el patio (la meteorología acompañó el acto con un tiempo apacible y templado) el menú continuó en el comedor interior. Se sirvieron fuentes de butifarra amb mongetes (trozos de butifarra a la parrilla, acompañados de alubias blancas fritas) y otras de costillas de cerdo con patatas asadas. Todo ello acompañado de un contundente alioli, pan, vino y agua.De postre se sirvió una porción de flan gigante, acompañado de un cava Brut Castellblanch, más que digno.

Calçotada en Alcalá de Henares

Típicos baberos, para salvaguardar la dignidad
(JMBigas, Marzo 2011)

El acto terminó con unas palabras de los organizadores, y el sorteo entre los asistentes de unas pocas botellas de aceite de Salomó (Tarragona) donadas por el productor, y una serie de libros donados por diversas instituciones.No puedo por menos de aplaudir esta iniciativa de la Asociación y de su cara visible, Isidre Papiol, que nos permite revivir una tradición tan arraigada a cientos de kilómetros de su hábitat natural.Para los catalanes residentes en la zona de Madrid y para cualquiera interesado en la calçotada. Que allí había gentes de todas partes y de todos los orígenes, unidos este sábado en torno al calçot.

Calçotada en Alcalá de Henares

Al final del ágape, unas palabras de los organizadores
(JMBigas, Marzo 2011)

Calçotada en Alcalá de Henares

Asador de Ángela, en la carretera de Daganzo, junto
a la A2, en Alcalá de Henares
(JMBigas, Marzo 2011)

JMBA

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