Muy cerca de la cosmopolita ciudad de Barcelona, a tan sólo 50 kilómetros, se halla la bella localidad de Calella. El que fuera hace más de un siglo un tranquilo pueblo de pescadores, y posteriormente refugio estival de adineradas familias catalanas, es hoy en día un animado municipio que recibe casi 300.000 visitantes a lo largo del año. Muchos de ellos proceden de Alemania y Reino Unido, habituales turistas que acuden a este rincón mediterráneo para disfrutar de la Costa del Maresme.
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Entre los muchos atractivos de Calella se hallan sus tres fantásticas playas, siendo la de mayor longitud Playa Grande, con más de un kilómetro de arena dorada. Por su parte, la que mejores servicios posee es la Playa de Garbí, poseedora de la Q de calidad turística. Finalmente, la Playa de las Rocas está formada por cuatro calas situadas al pie de los acantilados de la montaña de Capaspre, sin duda un lugar de gran belleza natural.
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¿Cuándo visitar Calella?
Para conocer Calella en su punto álgido, los meses de verano son los más apropiados, ya que el clima mediterráneo proporciona en esta época unas agradables temperaturas de entre 24 y 30 grados, beneficiadas por el frescor de las brisas marinas, especialmente por la noche.
Pero si lo que se busca es tranquilidad, sin grandes aglomeraciones de turistas, la época estival no es precisamente la más adecuada. El resto de las estaciones Calella sigue contando con unas templadas temperaturas, que en invierno oscilan entre los 10 y los 19 grados, y la localidad dispone de una buena oferta turística durante todo el año.
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El ancestral patrimonio de Calella
La zona donde se sitúa Calella lleva habitada desde el siglo I antes de Cristo, aunque el nacimiento de la propia Calella se sitúa en el siglo XIV. Este bagaje histórico ha dotado a esta localidad catalana de un interesante y prolífico patrimonio.
La villa cuenta con un atractivo casco antiguo formado por estrechas callejuelas, donde llama especialmente la atención la neoclásica iglesia arciprestal de Santa María y San Nicolas, dotada de una magnífica portada barroca donde están esculpidas las cabezas de los doce apóstoles, obra de Jean de Tours. Otros destacados monumentos cercanos a la iglesia son la casa de los Salvador (siglo XIV) y la casa Sivilla (siglo XVI).
En Calella no hay que dejar de visitar el Museo-Archivo Municipal de Calella Josep M. Codina i Bagué, donde se hallan expuestos numerosos objetos y documentos relacionados con la historia de la ciudad; la capilla de Sant Quirze y Santa Julita; el Faro, construido en 1859, y las Torretas de telegrafía óptica, construidas entre los años 1849 y 1850, y que están situadas muy cerca del faro.
Imprescindible es también un recorrido por el Parque Dalmau, un precioso entorno natural construido a principios del siglo XX; el paseo Manuel Puigvert, también del siglo XX y donde sobresalen sus espectaculares plátanos centenarios; el nuevo paseo de Garbí, junto al mar Mediterráneo, o las diversas pistas forestales que acceden al bello espacio natural del Corredor de Montnegre, ideales para la práctica del senderismo o de la bicicleta de montaña.
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Comer y alojarse en Calella
Como toda localidad mediterránea, Calella posee una gastronomía donde las hortalizas, los pescados, las frutas y el aceite de oliva son el eje principal de la dieta, todo ello regado con los vinos y cavas de la comarca. Más de 70 restaurantes y bares ofrecen las delicias de la cocina del Maresme.
Pero el carácter cosmopolita de Calella ha ampliado su oferta de restauración a nivel internacional, disponiendo de establecimientos con comida de diversos países, sobre todo de gastronomía alemana.
Por su parte, la oferta hotelera de Calella incluye establecimientos de cinco estrellas, como los Apartamentos Toyca, o de cuatro estrellas, como los hoteles Hotel Bernat II, Best Western Hotel Les Palmeres, Hotel H Top Amaina, Hotel H Top Calella Palace y el Summer Hotel.
Dentro de la categoría de tres estrellas encontramos alojamientos como los Apartamentos Casablanca Suites, el Aparthotel Miami Park, o los hoteles Catalonia, Calella Park, Bon Rèpos, Corona o Garbí, entre muchos otros.
La oferta más económica la constituyen los alojamientos de dos y una estrella, como los hoteles Antonio Visa, Los Naranjos, Atlantic Hostal, Bonavista, Catalunya, Centric, Goya o Mar Eden.
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La oferta turística de Calella
El viajero que visite Calella quedará gratamente sorprendido de la amplia y ecléctica oferta de actividades de ocio que la localidad posee, destinada a todas las edades: festivales de música y teatro, cine nocturno al aire libre, sus famosos espectáculos de habaneras o sardanas, los conciertos en su programa las “Noches de Verano” o sus populares verbenas.
Para los amantes del deporte cuenta con actividades como el Bowling, un parque de aventuras en la montaña o la simpática posibilidad de realizar una ruta en burro por el Corredor del Montnegre.
La apuesta turística de Calella se completa con sus más de tres kilómetros de playas, además de la apuesta por la naturaleza que representan el Parque Dalmau, el paseo de Manuel Puigvert, el paseo de Garbí o Las Torretas.
Créditos del artículo
Belén Valdehita, responsable del blog “Viajes para toda una vida”
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