Cuando tienes una pareja estable puedes correr el riesgo de caer en la rutina sexual. Crees que tienes una pierna peluda asegurada a tu lado, y al revés del dicho, dejas para mañana lo que puedes hacer hoy, y te quedas en la prácticas tradicionales y seguras que sabes te traerán placer, prometiendo que algún día vas a innovar en la materia.
Imagen de www.gettyimages.com
Pero nunca sabes lo que pueda suceder y de un minuto a otro quedas soltera. Los primeros días son de llantos, mocos y quedarse en la cama comiendo chocolates y mirando fotos de sus momentos felices, pero cuando superas el trauma y vuelves a tu estado de normalidad, recién comienzas a extrañar todas esas cochinadas a las que estabas acostumbrada noche a noche.Hace un poco más de una semana que estoy soltera, y ni les cuento la calentura que tengo acumulada. En el fondo de mi closet quedó el conjunto de lencería negra que había comprado para celebrar su cumpleaños y que quedó sin estrenar, y en el fondo de mi mente un montón de ideas cachondas.
Él era algunos años menor que yo, y eso me trae miles de ideas para juegos de roles, e incluso su profesión de bartender y la mía de administradora de un restaurant se prestan para lo mismo. Se me ocurren mil poses que pudimos haber hecho en el diván de aquel motel que fuimos alguna vez. Usar el baño de mujeres de su trabajo para escabullirnos fugazmente ya que al parecer el arquitecto lo diseñó pensando en eso... y así mil ideas rondan en mi mente, justo ahora que ya no tengo a aquel maravilloso hombre a mi lado.
Pero ¿saben la mayor fantasía que tengo con él? Hacer nuestra porno casera.
Siempre me había dado miedo esa idea, ver mis flacideces en movimiento, o los cuerpos dispares, los gestos extraños, el close up a la celulitis... pero en él encontré a mi estrella porno perfecta.
Yo soy una mujer relativamente alta y voluptuosa, por lo que muchas veces me es difícil encontrar un hombre que se siga viendo grandote a mi lado y yo frágil y femenina. Este personaje era ideal, una gran espalda y unos brazos fuertes, alto y varonil... uy! ya me empezaron a pasar cosas. Físicamente éramos bastante compatibles, y hasta me atrevo a usar la palabra armónicos para definir como nos veíamos juntos.
Además de creer que nos veríamos muy bien empelotados frente a una cámara, creo que nuestro sexo duraba el tiempo suficiente para no transformarse en un cortometraje, ni ser eterna como las películas de Bollywood. Dinámico como para entretener a la audiencia sin llegar a ser el Cirque du Soleil. No tan poético como el cinearte, pero tampoco tan grotesco como el video de Rony Dance. Estoy segura que vernos en aquello hubiese sido una memorable experiencia calentona y no un trauma digno de una lobotomía.
Lamentablemente las ganas me vinieron ahora que el susodicho decidió largarse para siempre, así que no me queda más que abrir las postulaciones para el casting en el Churro's International Film Studio. ¿Algún candidato?