
La mayoría de los términos tienen una vida de unos 5 o 6 años. Algunos tardan tiempo en arrancar (como la gobernanza clínica) y solo unos pocos se mantienen (acreditación por ejemplo). Pero otros, como TQM (total quality management) o rediseño de procesos han caído en desuso.Además, Walshe plantea que muchas herramientas proceden de un tronco común y no son más que pequeñas variaciones superficiales del mismo concepto o teoría de mejora de la calidad. Su análisis encuentra muchos parecidos:- La mayoría de las técnicas de mejora se basan en el ciclo de mejora de siempre.- Las técnicas que se usan son comunes: diagramas causa-efecto, mapa de procesos, tormenta de ideas, indicadores de seguimiento, etc. Puede que el nombre de la nueva herramienta sea diferente, pero la base es similar. - Siempre se habla de la necesidad del apoyo de los líderes y de toda la organización.- Y por supuesto, todas las herramientas indican que es necesaria la participación de todos los profesionales de cara a encontrar las mejores ideas para mejorar los procesos.Las conclusiones del artículo son totalmente vigentes en la actualidad. La evidencia de los métodos y herramientas que se usan para tomar decisiones en el entorno sanitario es muchas veces inconsistente o incluso inexistente. No podemos abrazar las nuevas técnicas solo porque están de moda, o porque las utilizan las mejores organizaciones. Antes de cambiar hay que comprobar si nuestro actual arsenal de herramientas o metodologías sigue siendo útil a nuestros objetivos o necesita un cambio. El autor plantea una triple evidencia para evaluar las
Fuente: Walshe, K. (2009). Pseudoinnovation: the development and spread of healthcare quality improvement methodologies. International Journal for Quality in Health Care, 21(3), 153-159.Nota: la imagen inicial es de Tom Fishburne.