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Calilla. Capitulo 10: Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos

Por Vicent Bañuls Carbó @UnaventanaaNY

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¡Buenos dias!

Hoy es el gran dia aquí os dejo el nuevo capitulo de Calilla.

Capítulo 10
Ni lo buenos son tan buenos ni los malos son tan malos
Necesitaba encontrar la acción perfecta para poder desenmascarar a esos tres que se hacían pasar por estos bandoleros. Cuando María me introdujo en la banda, me hizo prometerlo que sería capaz de mantener la banda a flote, luchando día a día por todas las injusticias que habían en este pueblo. Yo le dije que sí, pero en estos momentos son en los que yo notaba que todo esto me venía grande y que jamás en la vida le tenía que haber hecho la pregunta a María de entrar en ésta banda. ¿Por qué acababa de aparecer una mujer que me había hecho tanto daño en mi mente?
No tenía momento para pararme a pensar en esto, ahora tan solo tenía que conseguir que nadie manchase el nombre de ésta banda.
Imposible. Aquellos tres se marcharon por la puerta grande, dejando a los verdaderos bandoleros saliendo por la puerta trasera. No sé qué me estaba pasando. Había algo en mi interior que no lo había experimentado nunca. Creía que estaba en el mejor momento de mi vida, estaba a punto de comprometerme e iba a ser padre en 6 meses. Seguro que para muchas personas del mundo en ese momento se preguntaría ¿qué más puedo pedir? Yo notaba que no, necesitaba cambiar de amistades, conocer nuevas personas y empezar un proyecto que me hiciese levantarme todos los días sabiendo que tengo algo por lo que luchar.
Le pregunté a Paco sobre la salud de Julián, no podría permitir que un hombre muriese por mi culpa aunque fuese indirectamente. Paco me tranquilizó un poco diciéndome que se pondría bien. Ahora solo necesitaba reposo, pero había un problema y es que Julián no tenía lugar donde hospedarse. No me lo pensé dos veces y avisé a mis sirvientes para que alguien viniese a recoger sus cosas, no podía permitir ver a una persona así en la calle.
El carro llego, y pusieron todas las cosas de Julián y a Julián dentro. Mientras en mi cortijo, una habitación estaba siendo preparada para que se pudiese recuperar. Estaba jugando con fuego porqué en la planta de arriba se alojaba el Capitán de la Guardia Civil de Valencia, y en el sótano se alojaban mis compañeros de banda. Yo decidí que volvería andando al cortijo, necesitaba un paso en el que estuviese yo solo con el pueblo de Calilla.
Durante mi enfrentamiento con aquellos personajes, volvió a aparecer por mi mente María. En los últimos meses que había pasado en Edimburgo, me había reunido varias veces con el encargado de las finanzas de la bodega Pérez, habíamos llevado a cabo la fusión entre las bodegas Pérez y las Bodegas Hafly. Con eso había conseguido que estas bodegas se convirtiesen en unas bodegas referencia en toca la zona de Valencia, con importancia hasta en la capital. ¿Pero por qué apareció María en mi mente? Esa es la pregunta que no podía parar de hacerme.
Por el camino hacia mi cortijo, decidí pararme a mirar el río. Ver como el agua corría por su cauce siempre ha sido una de esas cosas que me ha relajado mucho. ¿Realmente no estaba tan enamorado como creía de Sarah? ¿Qué narices me estaba pasando? Sarah había sido la persona que más había hecho por mí en toda mi vida. Jamás nadie se había infiltrado en un organismo oficial de una nación para salvarme la vida. Pero María había sido aquella chica con la que me quede enamorado cuando vi sus ojos aquel día que me atracó cuando llegue a Calilla. Ahora ya no podía echarme atrás, justo ésta misma mañana le había propuesto matrimonio a Sarah y hace tres meses la dejé embarazada. Pero me atormentaba la idea de pensar que alguien se casase conmigo por pena, y que pasásemos el resto de nuestros días juntos, viviendo en una farsa, tal y como a mí me lo hizo María. La única diferencia es que de María no esperaba un hijo.
¿Y si me iba a Londres? ¿Si le he explicaba a Sarah como me sentía y que necesitaba pensar, analizar, y meditar el momento en el que me encontraba? ¿Lo entendería? No me podía arriesgar. Ya le había creado una ilusión a Sarah con todo lo de la boda. Estaba seguro que la boda iba a ser una de las bodas más populares que jamás se habían celebrado en Calilla, por ser el sobrino de quién era. Y que me ausentará durante los dos meses que quedaban para la boda no sería bien visto por nadie, y además no podíamos demorar más la boda porqué sino ya sería demasiado evidente que Sarah estaba embaraza antes de la boda.
Continué mi camino hacía mi cortijo, en la puerta estaba Sarah, vestida con un vestido de María ¿Qué estaba pasando?
¡Richard! ¡Mira lo que he encontrado! ¿Es de tu madre verdad? ¿Estoy seguro que tu tío lo traería aquí? ¡Qué buen gusto tenía!
Sarah ¿Qué haces? ¡Quítate eso!
¿No te gusta? Pensé que sería una sorpresa para ti.
Sería una sorpresa para mí, si esto fuese de mi madre. Pero no, es de María, mi ex pareja.
Entonces le conté toda la historia de nuestro romance.
Nada más terminé de contárselo, Sarah se giró y se fue a la habitación sin decir ni una sola palabra. ¿Qué estaba pasando ahora? Yo necesitaba ir a ver a Julián quería saber cómo se encontraba y sobre todo si se había despertado, porqué corría un grave peligro de no despertar nunca.
Julián continuaba dormido. Ahora tenía que ir a hablar con Sarah, no entendía que le había pasado, tan solo le dije que no me gustaba lo que había hecho. Si esto iba a ser una relación formal se tenía que basar en la confianza y en la sinceridad, y yo no le iba a regalar mis orejas.
Sarah, siento lo que ha pasado. Sabes que no era mi intención, pero hoy no ha sido un buen día. Han salido unos vestidos de bandoleros y casi matan a Julián, bueno eso ya lo sabes, entiéndeme por favor- Le dije yo.
Richard, todo esto está pasando muy rápido, lo sé, 7 meses y nuestras vidas dan un cambio por completo. Yo paso de ser una sirvienta, a ser la mujer de uno de los hombres más ricos de Valencia. ¿Te crees que no me he dado cuenta? Cuando hablas de María tus ojos brillan como si de una estrella se tratase. Cuando a alguien del pueblo le has hablado de mí, demuestras que me tienes cariño, pero que no estás tan enamorado de mi como lo estabas de María – En ese momento a Sarah le cayó una lágrima- Lo he estado pensando y creo que lo mejor es que nos demos un tiempo, yo me alquilaré una casa en Calilla, y tú te quedas viviendo en el cortijo. Quiero que nos demos cuenta de si lo que sentimos es real y de si lo que está pasando es para hacernos más fuertes o simplemente para hacernos ver de que esto es el final de la relación y de que no debemos de continuar porqué nos vamos a hacer más daño. Si decidimos no volver, tranquilo, lo que llevo en mi vientre va a ser tan mío como tuyo, y por eso he decidido que voy a quedarme a vivir en Calilla, para que tú puedas estar cerca de tu hijo o de tu hija.

No me salían las palabras. La decisión de Sarah había sido lo bastantemente rotunda como para decir algo.
Voy a hacer las maletas y hoy mismo me iré al pueblo. He estado hablando con tus sirvientes y me han dicho que el padre de Javier tiene una casa pequeña y acogedora para alquilar, así que me voy a poner en contacto con él.
Solo te pido una cosa. No te vayas hoy. Yo te dejo que vayas hoy al pueblo a hablar con el padre de Javier, pero hasta que no tengas la casa en orden no te voy a dejar que vayas tú por ahí a la buena aventura y embarazada- Le rogué yo.
Gracias por preocuparte, pero creo que voy a bajar al pueblo. Quiero que empecemos a pensar tan pronto como sea posible. Me gustaría hacer las maletas sino te molesta.
Adelante, ahora hablaré con el conductor del carro para que se prepare para llevarte al pueblo.
La decisión por parte de Sarah estaba tomada. Yo ahora tan solo tenía que respetarla. Era un cambio muy brusco el que había vuelto a dar mi vida.
Sarah se fue al pueblo, y por lo que me dijo despues cuando vino a por todas sus cosas el alquiler no le iba a suponer tanto sacrificio. La casa estaba bien, tenía una habitación, un baño, la cocina y el salón, así que ella ya no quería nada más.
Lo que más odiaba de Callila, es que al ser un pueblo todo el mundo conoce a todo el mundo y cuando sucede algo se enteran todos, así que con lo de Sarah tambien se habían enterado todos.
- Parece que ninguna se lo apaña bien, querido Richard- me dijo Matías Navarro.
- al menos yo tengo a gente que se interesa por mí, y para su incumbencia, la señorita Sarah se ha mudado aquí porqué vamos a hacer obras en la casa y no quiero que inspire nada que sea perjudicial para el bebé.
-Entiendo, menos mal, pero creo que deberia de ir con cuidado a ver si le atacan los bandoleros esos que atacaron el cuartel. Por cierto ¿Cómo esta el capitán?
-Esta recibiendo los cuidados necesarios para ponerse a su trabajo tan pronto como sea posible, y no se preocupe que el ayuntamiento no me debe nada por alojarlo en mi casa. Vaya con Dios
-Disculpe por las molestias que le esté causando el capitan, pero es que actualmente el ayuntamiento no dispone de fondos para pagar lujos como esos. Vaya con Dios.
Cínico, cínico y cínico. No tenía otra palabra para describir a Matías. Hacia 2 semanas había relizado una timba con todos los alcaldes de la comarca y ahora no tenia dinero para esto.
Tal vez esto pasaba porque realmente Sarah y no teníamos que estar juntos, pero también podía ser un prueba para que se afianzase nuestro amor.
Hablé con el padre de Javier y sin ningun problema me alquiló la casa, pero obviamente le tuve que poner la misma excusa que le puse a Matías para que no sospechasen nada de los probelmas que habían entre Sarah y yo en ese momento.
Después de medio aceptar la realidad, volví al cortijo para comunicarle a Sarah que ya disponía de la casa en perfectaa condiciones.
- Filomena, Marta y Cecilio van a bajar contigo y se van a quedar ellas allí durante todo éste tiempo, no quiero que os falte de nada. Ya he hablado con ellos y siempre estará uno en casa. Cada uno trabajará sus 8 horas tal y como lo hacían aquí, pero con horarios diferentes -Le informé a Sarah.
- No es preciso que se molesten todos ellos por mí. Con que venga uno de los 3 y venga a trabajar sus 8 horas para adecentar la casa y demás bastará de verdad.
- He dicho que no. La decisión está tomada. Cecilio, carga las maletas en el carro.
- Gracias por todo. Pensemos, analicemos y seamos sinceros. En 15 días vendré a verte al cortijo ¿Vale?
Asentí con la cabeza, no podía aceptar que este momento llegase.


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