Revista Viajes

Calilla. Capítulo 12: Bye Bye Miss American Bye

Por Vicent Bañuls Carbó @UnaventanaaNY

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¡Buenos días!

Hoy toca publicar el 2º capítulo de la última temporada de Calilla, o lo que es lo mismo, el capítulo número 12 del libro. La cosa cada vez se pone más tensa y se están liando mucho más las cosas. Tan solo quiero recordaros que en éste temporada va a pasar algo muy pero que muy gordo, no os hago esperar más ¡Vamos allá!

 

Capitulo 12

Bye Bye miss American Bye

Era muy raro que Sarah se fuera sin avisar, y más raro me parecía que lo hubiese hecho el dia despoues de nuestra reconciliación.

- Señorita, ¿Ha visto por casualidad salir a la señorita Sarah? – le pregunte a una sirvienta.

- Si señor, me dirigia justo a usted para comentarselo. La señorita Sarah ha salido ésta mañana muy apresurada y me ha pedido que no se lo comentase a nadie y que tampoco le dijese a nadie que había dormido aquí.

- Vale, muchas gracias querida, puedes retirarte.

Todo sonaba bastante raro. Sarah no era de esas mujeres que salía por la puerta de atrás y más cuando habíamos pasado la noche juntos. Algo edstaba oasando y de una manera u otra tenía que enterarme.

Decidí salir de la habitación y bajar al pueblo, es decir, a la casa donde estaba pasando los días Sarah mientras arreglabamos nuestro romance. Para salir de coritjo hay que pasar de manera obligatoria por el salón, y el cajón donde tenia una pistola guardada y la carta de mi padre estaba abierto.

Creo que ahi es donde estabala clave. Si que es verdad que Sarah estaba muy interesada en el contenido de la carta. Mientras me cambiaba avisé a una sirvienta para que preparasen el carro, puesto que queria bajar al pueblo.

Llegué al pueblo, exactamente a la puerta de la casa donde estaba alojandose Sarah, y como no las señoras del pueblo ya estaban cuchicheando.

- Creo que ya han vuelto la extranjera y éste – cotorreaba una señora.

-Yo creo que ella no ha pasado la noche aquí – decía la otra.

Decidí no decirles nada y continuar mi ritmo de vida. Mi problema ahora era saber dónde se había metido Sarah.

Me podía temer lo peor, había desaparecido la carta y también había desaparecido la pistola.

Desde que llegamos a Calilla, sabía que a Sarah le gustaba mucho andar por el lado del Río, así que la próxima parada iba a ser allí. Se lo ordené al conductor del Carro que fuésemos allí porqué me apetecía mucho respirar aire puro de la sierra, lo importante era aparentar normalidad.

Parecía ser que la misma idea que había tenido yo la había tenido mucha gente de otros pueblos porqué estaba lleno de carros y de gente paseando.

Al lado del río, había un largo camino hasta llegar a llegar a la gran cascada que tenía. Me bajé del carro y decidí andar por su orilla para intentar buscar-la. Una vez llegué a la orilla de la cascada, allí estaba Sarah. No quería asustarla, no entendía lo que estaba haciendo.

Justo antes de legar allí, un carro para a mi lado y me preguntó:

- Disculpe señor ¿Me podría decir dónde puedo encontrar al Duque de Castilla?

-  Si, suele regentar muchas veces el bar de Don Pablo en la plaza Mayor. Si no está allí pregunté por la zona que seguro que le podrán decir por donde está. Quede con Dios.

- Muchas gracias. Quedé con Dios.

Era un tipo joven, muy bien vestido y con una clara apariencia de ser un duque o algo similar.

Me acerqué a Sarah, la abracé por la espalda.

-   Toda va a ir bien.

-   ¡Qué susto! ¿Qué haces tú por aquí?

-   Llevo toda la mañana buscándote pensé que te había pasado algo.

-   No, tranquilo. Solo he venido aquí para que te deshagas del pasado. He tirado el arma y la carta de tu padre al Río. Quiero que empecemos de cero, que no tengamos que escondernos por lo que tengo en mi interior, que disfrutemos de nuestra vida que para algo es nuestra. Richard, quiero que sigamos adelante con la boda. Nos queda un mes y medio y no tenemos casi nada listo.

-   Si lo tienes claro, vamos a seguir adelante. Por casualidad ¿has leído lo que decía mi padre en la carta?

-   No, eso es algo de tu pasado, ahora solo vamos a pensar en el presente, y el presente es tuyo mío y de lo que está creciendo en mi interior.

-   Vamos a casa.

Me sorprendió completamente Sarah. Jamás la había visto así, es decir, con tanta ilusión por empezar un proyecto de vida juntos. Aún así, me hubiese gustado leer lo que decía mi padre en su carta, tal vez era una carta de despedida porqué se iba a morir, y sí, me había hecho mucho daño, pero al fin y al cabo era mi padre y es el que me dio la vida junto con mi madre. Ojalá en algún lugar del mundo quedase una copia más de su carta.

Llegamos al cortijo, Sarah quería irse al pueblo a hablar con la modista y yo quería reunir al personal de la casa.

-   Buenos días queridos trabajadores. Os he reunido por una razón muy importante, dentro de 1 mes y medio Sarah y yo nos vamos a casa y he decido que en honor a mi tío quiero que el banquete sea aquí. Quiero unos aperitivos en el jardín antes de la comida. Después quiero una comida para unos 350 invitados. Quiero que elijan el mejor menú posible, no quiero que escatimen en gastos, es mi boda y solo me voy a casar una vez. Al mismo tiempo van a llegar familiares míos de Edimburgo así que quiero que preparen todas las habitaciones de invitados para ellos y que estén las 24h del día pendientes de ellos. Cecilio, Marta y Filomena, se reincorporarán mañana mismo al cortijo después de recoger las pertenencias de la señora de la casa. Además también vamos a contar con unos extra de 25 trabajadores nuevos para que todo en este día quede perfecto. AA! La norma de no bajar al sótano queda vigente todavía. También les informo que todas las horas extra que van a trabajar para éste acontecimiento van a estar recompensadas en su sueldo.

Después de que los trabajadores me felicitasen y se entusiasmaran por dicho evento y por la confianza que había depositado en ellos. Empezó el trabajo en la casa. El servicio de cocina se puso con el menú para la boda, los jardineros se pusieron a adecentar el jardín para el gran día, el servicio de limpieza empezó a adecentar las primera habitaciones… el ambiente empezaba a oler a boda.

Se acercaba la hora de comer así que decidí bajar al pueblo, ir a la imprenta a enviar todas las invitaciones de boda, y recoger a Sarah para que nos fuésemos a comer a casa.

Me hacía mucha ilusión enviar las invitaciones. Era una de las tarear que me había reservado Sarah, así que quería que ella también quedase impresionada por mi elección. Después de 30 minutos pensando cual escoger, elegí una con tonos marrones claros y color blanco. Le día las direcciones de los 350 invitados para que llegasen lo más pronto posible a su destino, ya que la boda era en un mes y medio y el tiempo iba en nuestra contra.

Una vez mis tareas estaban terminadas, fui a recoger a Sarah pero ya se había ido. Lo entiendo, no había otra solución que volver al cortijo.

Mis ojos brillaban como no lo hacían desde hace años, o al menos eso me dijo el conductor del carro. No podía ocultar mi felicidad, para que mentir.

Antes de entrar al cortijo esperaba que Sarah estuviese cambiándose y preparada para que empezásemos a comer, pero no era así. Llegué al comedor, y en la puerta que daba a las escaleras del sótano estaba Sarah, justo a punto de abrir la puerta. Abajo estaban los bandoleros y a mí me empezaba a faltar el aire. Abrió la puerta, bajó el primer escalón, y yo ya no me pude controlar.

-   ¡Sarah! –Grite.

Sarah dio un grito y se cayó escaleras abajo. Bajé corriendo abajo. Lo que había pasado era muy grave, estaban los bandoleros, acabada de llamar a los trabajadores de la casa, Sarah estaba en el suelo y yo también estaba abajo. La identidad de los bandoleros iba a ser conocido.

 

¿Qué pasará en el próximo capítulo? Hagan sus apuestas, pero lo peor todavía esta por llegar. El próximo capítulo de publica el día 27 de Abril de 2014.

Feliz día

Vicent


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