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Conviene ir sobre aviso: verano de 1983, una casa de campo en el norte de Italia, una familia apasionada por el arte y la cultura que acoge a un americano, erotismo, canícula latente en cada fotograma, un ritmo pausado, un tono cuasi poético, sentimientos reprimidos y otros no tanto, cine de autor y a contracorriente de modas y del cine comercial. Y se avisa porque divide al público, es una historia muy James Ivory (si habéis visto sus películas sabréis a qué me refiero) que de hecho escribió el guión y consiguió el óscar. O te atrapa por completo o te pierde a la media hora. El cine también te permite eso, viajar a otras épocas, a otros lugares, experimentar sensaciones.