Callar es también intentar amar al otro como Dios nos ama………El Mandamiento Nuevo.
Callar es sacrificio, es amor…
No hacer, privarnos de figurar, son gestos muy interiores, que sólo Dios ve y
valora. ¿Quién más puede ver lo que está pasando en nuestro interior, si a
nadie lo contamos?
Ese silencio es una gigantesca muestra de fe, es entregar a
Dios ese sacrificio, sabiendo que El lo ve y lo valora. Dios toma esas muestras
de amor y las pone en su alhajero, a buen recaudo de los ojos de los hombres.
¿Que hombre, acaso, es testigo de esos actos de heroísmo interior? Nadie, sólo
Dios los ve.
Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti. Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante, necesitado de pequeños gestos que te recuerden la humildad y el silencio de Tu Madre, en la pequeña casita de Nazaret.
Ella, la más perfecta Criatura surgida del Amor de Tu Padre, guardó silencio desde el día en que el Ángel le anunció Tu venida, hasta aquella tarde en que te vio morir en la Cruz. Tú también guardaste silencio ese día. Ahora, Señor, enséñanos a callar, a esperar, a amar.