Teresa Rodríguez, de Podemos, en el Parlamento andaluz.
La semana pasada nos enteramos de la fantochada de algunos diputados de la Cámara andaluza que se quedaron retratados antes incluso de que se elija a la presidenta. Desde la bancada del PSOE y del PP, soltaron a la diputada Teresa Rodríguez, de Podemos, quien debutaba en el pleno de investidura de Susana Díaz e intentaba hilar su discurso,: “Cállate bonita”, “Anda ya”, “Eso no te lo crees ni tú”, “No tienes ni puta idea”. Luego, la diputada del PP, Teresa Ruiz Sillero,le comentó amigablemente y con una amplia sonrisa:“Acostúmbrate. Esto no ha sido nada. Hoy ha estado flojito”. “¿Y por qué me tengo que acostumbrar? –replicó Teresa Rodríguez–. No pienso acostumbrarme”. Desde Podemos aseguran que no pueden identificar al autor de la frase. Todo forma parte de laliturgia parlamentaria, en la que “ha habido épocas memorables conGaspar ZarríasyJavier Arenas”, relata un veterano que rememora batallitas dialécticas.
La política de Podemos inauguró, entre el cuchicheo navajero, la nueva imagen de una cámara que no quiso que la futura presidenta lo tuviera nada fácil. Y lo cierto es que los apoyos se le resistieron a la candidata socialista, quien no dejó de clamar durante todo el día “que me dejen formar gobierno”. Podemos hizo un guiño a primera hora, pero luego se desdijo y hasta habló de que consultará a las bases, lo que parece indicio seguro de un “No”, mientras Ciudadanos, pese a su anuncio del viernes y al tono amable de su portavoz, pareció retirarse y volvió a enumerar sus condiciones. Teresa Rodríguez, que en algunas ocasiones se vio obligada a parar y a comentar que “esto es peor que el instituto”, tuvo que oír los improperios de las bancadas socialista y popular.
Teresa opina que “en el Parlamento tenemos la sensación de ser mirados como intrusos”. Y antes de que den comienzo las sesiones propiamente dichas, en unos días, Podemos quiere registrar una propuesta de cuentas abiertas, elaborada con Openkratio, un portal de transparencia decidido a inculcar en la sociedad los principios del Gobierno Abierto y los Datos Abiertos. “Tengo que tener cuidado con las metáforas para que se ajusten a la realidad. Es como reunirse con una persona que cambia mucho de humor. Te lanza mil guiños, te da a entender que hay puntos en común y pasa a ‘vosotros no queréis negociar, sois desleales’ y nos hacen una amenaza velada de que correremos con las consecuencias de lo que estamos haciendo. La sensación nuestra es que estamos siendo como observados un poco por encima del hombro”.