En los primeros pasos de la Gran Vía, a la sombra del grandioso edificio España que preside la plaza, aparece sin llamar la atención una pequeña calle con una ligera pendiente ascendente. Un nombre imponente, la calle de los reyes, que imprime cierto toque de majestuosidad para esta vía que pasa tan desapercibida ante el bullicio de la gente que pasa a pocos pasos de ella. ¿Os gustaría descubrir su origen?
Esta calle, hoy en el centro de la ciudad, en otra época se hallaba a las afueras, surcada por el arroyo Leganitos que bajaba agrestemente hacia el río Manzanares por la actual cuesta de San Vicente formando un barranco que marcaba el limite de la ciudad en esta zona. De un lado del arroyo, se quedaban los huertos que aprovechaban las tierras fértiles del arroyo, del otro, las últimas casas de la población.
Un día me encontraba disfrutando de una de las magníficas terrazas que están al cobijo del Teatro Real, con sus increíbles vistas del Palacio Real cuando escuché, por casualidad, como otro de los clientes contaba a sus amigos la historia de las esculturas de los reyes realizadas en piedra que adornan los jardines de la plaza de Oriente. Según relataba aquella persona, estas esculturas, fueron talladas en un pequeño taller que se localizaría en las inmediaciones de la actual calle de los reyes. Según este relato, los madrileños de la época comenzaron a conocer a la calle como la de los reyes por encontrarse muchas veces estás estatuas a las puertas del taller esperando a ser transportadas hasta el próximo Palacio Real para ser colocadas.
Cafés de la plaza de OrienteSin embargo, el relato anterior tiene más visos de leyenda que de realidad. Según comentan los cronistas de la Villa, en esta calle se situó el palacio del Conde de Alcudia. La documentación que ha llegado hasta nuestros días hace pensar que la puerta de entrada al palacio estaba escoltada por unas imágenes de los reyes del Antiguo Testamento. Estas figuras, bastante llamativas, parece que son las causantes de que los habitantes de la ciudad comenzarán a conocer a la calle con el nombre de la calle de los Reyes.
Estatuas de los reyesEstá pequeña calle tiene muchas historias que contar y que forman parte de Madrid. Sobre sus pasos se construyeron diversos palacetes como el de los duques de Pastrana o el de la marquesa de Sonora (actual Ministerio de Justicia). No me gustaría olvidar instituciones tan emblemáticas como la Universidad Central o el Instituto Cardenal Cisneros que también se levantaron sobre esta calle. Personajes tan ilustres como Nicolás Salmerón, Giner de los Ríos, Tierno Galván, Antonio Machado, Jacinto Benavente, Fernando Fernando Gómez o José Luis Garci pasearon por sus calles.
Una de las peculiaridades de la calle es que en una de sus casas vivió Francisco de Goya años antes de mudarse a la famosa Quinta del Sordo en las cercanías del río Manzanares.
Como tantas calles de Madrid, ha tenido multitud de nombres a lo largo de la historia. Esta calle en concreto tuvo nombres relacionados en la mayoría de los casos con el próximo noviciado de los jesuitas. Al nombre de calle del Noviciado le sucedió el de Huerta del Noviciado o el de San Ignacio por ejemplo. Además, en los periodos de la primera y segunda República Española, imbuidos dentro de la idea de hacer desaparecer todo lo que oliera a monarquía, las placas de la vía se cambiaron en dos ocasiones. En el primer periodo se nombró como calle de Soberanía Nacional y, en el segundo, honró la memoria del Capitán Domingo.
Espero que hayáis disfrutado, igual que yo, del descubrimiento de esta calle tan humilde en el centro de la ciudad. ¡Buen día! Y nos vemos en las redes sociales
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