Los que anduvieran por Sevilla en los ajos 80, recordarán una Alameda de casas tapiadas, un Barrio de San Bernardo olvidado tras la vía del tren o una Triana de patios de vecinos escondidos tras los puntales, ahí, en esa Sevilla ochentera resurgió de sus cenizas la piqueta...
Esconchones había en esta ciudad más que personas, y por su puerto restaurar y conservar no producía el mismo beneficio económico que la obra nueva.
Esta imponente casa que vemos hacer esquina, se levantaba en plena Calle Pureza, esquina con Calle Rocío...
Y para encontrar el enclave exacto hemos tenido que buscar los restos de esa vieja fotografía en blanco y negro en la actual Calle Pureza...
Cómo ya hemos apuntado, la obra nueva deja más dinero la conservación y restauración por lo que después de echarla abajo nos plantaron en su lugar el expendido mamotreto tipo sevillano de la época...
Ahora sólo nos queda tomar aire y mirar a la otra acera cuando pasemos por delante. Que pena de Triana, que se está quedando en dos calles mal contadas.
ABC
María Eugenia Garrido Morales