Cáceres es un destino muy apetecible. Tiene un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, por el que da gusto pasear tanto de día como de noche y perderte por sus calles, de corte medieval. Es un lugar al que, si has ido, te apetece volver cualquier fin de semana para enredarte en sus vías empedradas y acomodarte en sus bares para degustar la gran variedad de tapas que ofrece y disfrutar de su ambiente. Durante el año 2015, fue galardonada como capital española de la gastronomía.
Cultura y gastronomía se fusionan en esta ciudad que se recorre con muchísima facilidad y te hace viajar por parte de la historia.
Además, la ciudad de Cáceres, en Extremadura, es un campamento base ideal, para poder visitar otros rincones de la provincia que la rodean.
Nosotros fuimos en un mes de marzo especialmente benévolo, ya que nos permitió disfrutar de la gastronomía cacereña en sus terrazas. Y lo recordamos con pasión, os lo aseguramos.
En principio íbamos a estar una única noche, pero lo alargamos a dos, lo que nos llevó a pasar cada una de ellas en un hotel diferente (consecuencia de la improvisación). Nuestra recomendación, en la medida que os sea posible, elegid un hotel céntrico, para poder disfrutar de los paseos y estar totalmente despreocupados de vehículo, etc.
El día de ida, hicimos una parada en Trujillo, un lugar precioso del que ya hemos hablado en el blog y os recomendamos. Luego llegamos a Cáceres por la tarde, y estuvimos esa noche, y el día completo siguiente con su noche incluida. Más o menos lo que vendría a ser un día y medio o dos paseando por el casco histórico de la ciudad hasta casi sabernos de memoria cada giro de las calles. El día de vuelta, hicimos una parada en Plasencia, lugar del que hablaremos en otra ocasión.
Como os decimos el casco histórico de la ciudad es muy accesible y fácil de conocer. Eso sí, está lleno de rincones y pequeños tesoros. Vamos a intentar enumerar algunos de los más importantes:
La Plaza Mayor
Una plaza, amplia y peatonal, que ha sufrido una reforma hace apenas unos años, donde quedaron delimitados espacios como la plaza mayor de verano y la de invierno. Con esta reforma se recuperó el centro de la vida de la ciudad, ya que años atrás había dejado de ser peatonal para formar un gran aparcamiento. Respecto a su resultado final, hay opiniones para todos los gustos.
Al llegar a ella ves que tiene pasado a través del Arco de la Estrella que da entrada al corazón más antiguo de la ciudad, con la Torre del Bujaraco a su lado.
Pero también se ve que tiene presente, con un montón de vida disfrutando en el centro de la misma. La zona soportalada (s. XV) , de arquitectura popular alberga un montón de bares y locales de restauración. Disfrutamos mucho en ellos, aprovechando las terrazas, había un gran ambiente.
El ayuntamiento, como es de esperar también se encuentra en este espacio. Una plaza que también fue mercado de abastos.
Nos adentramos bajo el arco y la Torre del Bujaco, del s. XII, atravesando las antiguas murallas de la ciudad.
La Torre del Bujaco
La Torre del Bujaco forma parte de las murallas y fue construida en el s. XII por los musulmanes. Actualmente es un centro de interpretación.
Si continuamos por la C/del Arco de la Estrella llegamos a la Plaza de Santa María.
Plaza de Santa Maria y sus edificios
Esta plaza monumental tiene varios edificios de interés y por la noche, casi solitaria, despide un cierto toque romántico medieval. Los edificios principales son:
Concatedral de Cáceres: La Iglesia de Santa María la Mayor fue designada como concatedral a finales de los años 50.
Es de estilo románico de transición al gótico y resalta de ella su retablo plateresco y el Cristo Negro. El templo se completó entre el s. XV y S. XVI. Su entrada general rondaba los 4 euros. Y subimos al campanario para tener unas vistas sobre el casco antiguo.
Además en la Plaza de Santa María se encuentran varios palacios:
Palacio Episcopal: El palacio más antiguo de Cáceres, aunque su fachada principal es del s. XVI. Aquí descansó Felipe II, tras su vuelta de Portugal tras ser proclamado Rey. Este Palacio además era la vivienda del arzobispo de Coria.
Otros palacios, como el de EL Mayoralgo (s. XVI), el Palacio de Ovando (s. XVI) , Palacio Provincial (s. XV), hoy Diputación provincial de Cáceres, conforman esta preciosa plaza, por la que pudimos pasar más de 8 veces en nuestra pequeña escapada.
La Plaza de Santa María acaba lindando con la Plaza de los Golfines.
Plaza de los Golfines
En ella, se puede encontrar otro palacio, el Palacio de los Golfines de abajo, que sirvió de alojamiento a los Reyes Católicos en más de una ocasión. De hecho, en este edificio los Reyes Católicos dejaron colgar su escudo
Está plaza nos conduce a través de un estrecho callejón a la Plaza de San Jorge.
Plaza de San Jorge
Esta plaza, lleva el nombre del patrón de la ciudad. San Jorge fue elegido patrón, tras tomar, Alfonso IX, Cáceres en el s. XIII, un 23 de abril, día de San Jorge.
Aquí encontraréis la Iglesia de San Francisco Javier, o también llamada de la Preciosa Sangre, elevada sobre la plaza y con dos torres perfectamente identificables. Es de estilo barroco.
Los aljibes de Cáceres y el Palacio de las Veletas
Cáceres está llena de aljibes. Actualmente, más de uno es visitable. Está el aljibe que hay bajo la iglesia de San Francisco Javier, donde también se encuentra el Museo de la Semana Santa y otro que pertenece al Palacio de las Veletas (s.XVI), (situado a unos 2 minutos andando de la iglesia).El Palacio de las Veletas hoy es el Museo de Cáceres. Nosotros visitamos los dos, aunque es más vistoso el del Palacio de las Veletas.
Esta casa tiene un aljibe hispanomusulman (s. XII) en bastante buen estado de conservación. La cantidad de aljibes de la ciudad es uno de los legados del paso de la cultura musulmana siglos atrás. El abastecimiento de agua a la ciudad era complicado, y de ahí deriva la gran cantidad de los mismos. Visitando este aljibe podemos dar un salto hacia atrás en el tiempo.
Estamos parando en algunos de sus edificios estrella, pero el Casco Histórico de Cáceres está lleno de edificios singulares, casas señoriales, palacetes, iglesias. Sus calles son una maravilla...
Al lado de la Casa de las Veletas, podemos encontrar la Plaza de San Mateo, que destaca por la altura de la torre del Palacio de las Cigüeñas (s. XVI). La torre más alta del casco antiguo. En la misma plaza se puede encontrar, también, la Iglesia de San Mateo.
A escasos minutos de esta plaza, encontramos la Judería.
Judería de Cáceres (Judería vieja y Judería Nueva)
El Barrio de San Antonio de la Quebrada es el que ocupa la Vieja Judería de Cáceres. Calles sinuosas y fachadas blancas. En lo que hoy es la ermita de San Antonio, se encontraba la vieja Sinagoga. Estuvo allí del siglo XII al XV, hasta que fue sustituida.
En el s. XV, tras la aparición de una ley que instaba a reunir a todos los judiós en un mismo barrio, aparece la conocida como Judería nueva de Cáceres. Ésta se construyó fuera de la muralla, y en ella también hubo una sinagoga, ubicada dónde hoy se encuentra el Palacio de la Isla. (En la plaza de la Concepción)
Si estáis interesados en ver otra judería con bastante encanto, a tan sólo, una hora y algo de Cáceres capital, está Hervás, un pueblo muy bonito.
A unos 2 km del centro de Cáceres se encuentra el Santuario de Nuestra de la Virgen de la Montaña, patrona de Cáceres. Desde allí podéis tener unas bonitas vistas sobre la ciudad, merece la pena acercarse, y de paso podéis entrar en el interior.
Y luego, como os decíamos, el paseo por la noche es una pasada. Ese callejeo nocturno con la iluminación tenue que genera numerosos claros y sombras…
Genial para pasar un fin de semana de esos que te da tiempo a todo, comer bien, pasear, cogerte de la mano, hacer fotografías y rodearte de historia y la belleza de esta ciudad.
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