Viajar a la capital de la República Checa es como hacerlo por un cuento de majestuosos castillos, viejas calles con aire medieval y románticos puentes.
Praga
Praga tiene muchos rincones bonitos típicos de postal, pero como en la mayoría de ciudades, lo mejor es perderse por las callejuelas. La ciudad es muy cómoda para visitarla a pie y siempre se acaba paseando por los lugares clave como:
- La Plaza vieja, donde encontramos el reloj astronómico medieval más famoso.
Famoso reloj astronómico de Praga
- La calle del oro donde vivió Kafka y se instalaron los orfebres, hoy en día hay tiendas de marionetas y armas medievales.
Calle del Oro
- El Castillo de la ciudad donde vivieron los reyes de Bohemia es otro imprescindible y a sus pies esta el barrio de Mala Strana que merece una visita para conocer sus calles y sus locales.
- El puente que conecta la ciudad vieja con el barrio de Mala Strana se llama Puente de Carlos y desde él se pueden hacer fotos realmente bonitas.
- En el antiguo cementerio judío hay más de 100.000 personas enterradas, durante años sólo se permitía enterrar a judíos en este cementerio. Se encuentra en el barrio Josefov.
Hay muchos más sitios imprescindibles por la ciudad y lo mejor es irlos descubriendo poco a poco, parándose a coger fuerzas con una estupenda cerveza checa!!!
Praga fue una magnífica escapada de tres días, de las que tan bien van para coger aire durante el año.