Donde está tu calma, mujer. Me inquietas cuando no la tienes y quiero observarte inerte para que no te hagas borrosa.
Veo flores en tu pelo. Es fácil colocarlas ahí. Es bonito. Quisiera verlas también en tu alma cuando ese huracán que en ocasiones la visita deje un solo tiesto en pie para plantarla. Reina de un planeta aburrido en el que aparcas tu universo. Tan grande que los demás no lo ven. Están demasiado cerca. No hay más que oírte hablar para saber que sus límites no tienen norte sur este ni oeste.
¿Qué extraño sabor representas? ¿Qué nombre tiene tu olor?, en medio de esas nubes de sudor humano, de aliento impuro de una fábrica de fracasos y rendiciones. Eres el arca de Noé salvando a todos los animales. Eres la puntuación gramatical: punto y coma, punto y aparte. Un punto y seguido.
Eres el río que entra en el mar y mar que ensancha el río. ¿O eres la tierra anegada por esas frecuentes broncas de la naturaleza? Supongo que no hay elemento que te sujete. Solamente si al final están tus manos agarrándolo.
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