Por fin (o no) ha llegado el frío a nuestra tierra... La Navidad siempre ha sido bastante gélida en nuestra ciudad, sobre todo porque vivir junto al río acrecienta la sensación de bajas temperaturas..., esas que se calan hasta los huesos sin tener en cuenta la cantidad y calidad de ropa de abrigo que lleves encima. Ya lo decía la tía Amelia (Dios tenga en su gloria), viajera donde las hubiera, quién no conoció mayor frío que el que sufrió en Sevilla en pleno invierno. Al menos, eso decía ella. Lo que apetece ahora es un buen té calentito que entone el cuerpo. Las dos somos afines a las infusiones, una más que otra, y más afines aún a esas maravillosas teteras que encontramos por la red. El hijo de una de nosotras, Quique, ha vendido artículos navideños para su ¿posible? viaje de fin de curso. Su segundo de bachillerato está siendo bastante atípico, pero sus profesores y los mismos alumnos, han querido dar normalidad a lo que no está siendo normal, y han decidido actuar como si el covid no fuera a cambiar esos viajes del final de una era. Esperamos que el dinero que están consiguiendo tengan el fruto que esperan. Si no, ya vendrán tiempos mejores. De momento, los polvorones que forman el "contenido" de esta preciosa tetera envoltorio dan dulzor a nuestros días navideños, y el "continente" dará calor al agua de nuestros tés.
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Hoy estamos tristes por el fallecimiento de una persona muy allegada a una amiga nuestra, víctima de la pandemia, y no podemos darle el abrazo que tanto ansiamos. Y es que, aunque el frío acaba de instalarse, estamos deseando calmar con calor: calor interior, calor humano, calor de vida, calor de amor.... Un beso grande grande, Piluca....
Con este post terminamos el año 2020; un año para olvidar para muchos, quizás la mayoría. Pero también este año ha traído Vida para otros. Así que, quizás debamos dar gracias por lo bueno y dar paso a un 2021 lleno de Esperanza, Alegría y Felicidad.
¡FELIZ AÑO NUEVO!