Calzadas como geishas

La inspiración es como un susurro, un espíritu curioso que recorre culturas para regalarnos una silueta, la genialidad de un diseño, una nueva paleta de color...el silente caminar de un geisha, el roce de largas capas de seda, la intensidad de los cerezos en flor, las mangas de un kimono...y esta vez, la inspiración conduce nuestra mirada hasta el Lejano Oriente.
La influencia de las artes asiáticas en la cultura occidental arrancó con la Exposición Universal de 1892, donde la xilografía japonesa (ukiyo-e) inspiró el trabajo de la mayoría de los pintores de la época. Este arte desconocido revolucionó todos los conceptos sobre la simetría, la perspectiva, la libertad de composición y los colores. Tan profunda e intensa fue esa revolución que llegó a la moda mediante una de las expresiones artísticas más ricas y complejas del s. XIX: el japonismo.

No sólo el kimono de seda con bordados de camelias, narcisos, pétalos de flores o sakuras, encajó en la cultura y las costumbres europeas; nuestro espíritu inspirador quedó prendado de los dragones dorados sobre rojo fuego, que adornaban el Cheongsam de la novia china; y acercó a los milliners europeos los espectaculares tocados, llenos de piedras preciosas y adornados con pequeñas representaciones de animales (jokduri o elhwagwan), que acompañan al hermosoHanbokcoreano .Sin embargo, el calzado de la mujer asiática era apenas visible y se reducía a la sencillez de una sandalia plana de paja: zori. Para evitar arrastrar los largos ropajes usaban grandes plataformas de madera: las sandalias geta, que incluso podían enriquecerse con lacados y dibujos de aves: las sandalias okobo
Esta primavera-verano simularemos el pausado y deslizante caminar de una geisha sobre sencillas plataformas planas envueltas en tejidos bordados, brillantes sedas, aplicaciones de flores inspiradas en el ikebana o cintas cruzadas, que recuerdan al obi de las geihas.

La fotografía de Kim Kyung Soo o las imágenes del Vogue Korea nos han ayudado a componer este moodboard de inspiración oriental que nos transporta a la sutil elegancia de la mujer asiática.