Las camas infantiles son una parte fundamental en la decoración de la habitación de los peques. Crear un dormitorio adecuado para tus hijos es un punto necesario para que ellos se sientan cómodos y seguros.
A la hora de hacer la transición de la cuna a su propia cama, los padres nos encontramos ante un mar de dudas. ¿Qué cama es mejor para nuestro hijo o hija?
Es algo básico que tu peque tenga un lugar acogedor para dormir. Principalmente porque su sueño y su descanso es importantísimo para asegurar un correcto crecimiento y desarrollo.
En este post os voy a hablar de una opción que es muy popular y demandada. Son las camas infantiles Montessori. Están basadas en las características de este método, sobre todo a la hora de dar mayor autonomía a los niños.
Camas infantiles Montessori
Optar por una cama Montessori es tener en cuenta su diseño específico. Son bajas en altura y llevan el colchón a ras de suelo. Basadas en los beneficios de este método, permiten que el peque se mueva libremente por su habitación. A la hora de irse a dormir, su estilo y tamaño consigue que pueda subirse y bajarse de ella sin la ayuda de un adulto.
Son muchas las ventajas que esto ofrece:
♥ Autonomía e independencia. ♥ Mayor seguridad. ♥ Una postura adecuada de la columna a la hora de dormir. ♥ Libertad para el propio aprendizaje.
En nuestro caso, el peque siempre ha sido de moverse mucho y no parar. ¡Tanto por el día como por la noche! Por ello, conforme fue creciendo y hubo que cambiarlo de la cuna a una cama, andamos dando muchas vueltas al asunto.
Muchas noches terminaba durmiendo con la cabeza donde los pies. O cruzado a lo largo de su cuna, hasta en alguna ocasión hecho un ovillo en un rincón. También nos tocó combinar su cuna con el colecho.
Cuando los peques son tan movidos no dejas de preguntarte que, en cuanto no tenga barrotes o alguna barrera de sujeción, acabará cayendo. Y esto es así, los niños dan tantas vueltas durante el sueño nocturno que nunca sabes si van a acabar aterrizando en el suelo.
Para nosotros, uno de los puntos fundamentales era evitar posibles caídas. La opción de ponerles una barrera, en el caso de que tu hijo se mueva un montón, seguramente se quede escasa. Ya sabes que los peques son culos inquietos y pueden acabar pasando por el hueco libre... ¡Incluso tirar la barrera o trepar por ella!
No sé los vuestros pero al mío ponerlo en una cama alta, por mucha barrera que tenga, se veía de verdad peligroso. Ya no es sólo el susto, es que se pueden hacer muchísimo daño con la caída.
Así que cambiarlo a una cama bajita suponía un gran alivio. En cuanto el bebé ya empieza a gatear e incluso andar, las camas infantiles Montessori son sin duda una opción perfecta.
¿Hasta qué edad están indicadas?
Antes que nada te diré que si piensas que sólo están disponibles en tamaño mini, estás equivocado. Otra de las ventajas de las camas infantiles Montessori es que las fabrican en multitud de tamaños.
Puedes encontrarlas desde tamaño pequeño (unos 120 cm), pero si quieres alargar su utilidad durante mucho tiempo también es posible. Encontrarás camas hasta una longitud de 2 metros en este estilo. Lo cual es fenomenal para no tener que preocuparte de volver a cambiarle de cama conforme vaya creciendo.
Además, puedes elegir un diseño de casita (a mí me encantan, son una monada) pero también puedes decantarte por una cama más tradicional. En todas ellas se mantiene la idea de ser camas bajas en altura, lo que las hace realmente prácticas.
¿Conoces el método Montessori?
Sí, ya me imagino que habrás oído hablar de este método en más de una ocasión. Pero a veces tenemos la sensación de que de tanto escuchar esta palabra ya conocemos de qué va la historia.
Por si acaso, te voy a explicar un poco más de él y en qué consiste exactamente. Para empezar, es un método basado en la pedagogía e investigación de María Montessori. Esta educadora y doctora en Medicina se centró en aportar estudios basados en la estimulación y el respeto con los niños.
Al complementar este método con su formación en medicina, psicología y antropología, desarrolló su filosofía de la educación basándose en observaciones reales a niños.
¿En qué se basa este método?
María Montessori revolucionó la forma de educar, poniendo al niño como auténtico protagonista de cada proceso. Todo ello lo basó en unos principios naturales, que son:
♥ La autonomía. ♥ La iniciativa y capacidad de elegir. ♥ El desarrollo de su propia voluntad. ♥ La autodisciplina, donde el niño se regula a sí mismo.
Es a la vez una filosofía de desarrollo del niño y un fundamento para orientar ese crecimiento. Para conseguirlo se basa en las necesidades de los más pequeños. Una de ellas es que tengan libertad dentro de unos límites. También el preparar un entorno que facilite al niño la exposición a los materiales y experiencias.
Montessori descubrió que los niños pasan por fases de interés y curiosidad. Ella los denominó "periodos sensibles" del desarrollo, en esta etapa de la infancia. Son momentos en los que la capacidad del niño se entiende como una "mente absorbente".
Y esto ocurre sobre todo en la época desde el nacimiento hasta unos 6 años de edad. Durante esta etapa los peques tienen una tremenda capacidad de aprender y asimilar el mundo que les rodea , sin esfuerzo consciente.
El ambiente Montessori
Los materiales están siempre en concordancia con el tamaño infantil. De este modo, los objetos y mobiliario son de fácil acceso para los niños.
Siguiendo estas premisas el objetivo final es que el peque vaya adquiriendo mayor control e independencia. Nosotros podemos facilitarle esta destreza adaptando algunos ambientes cotidianos dentro de casa, como es el caso de las camas infantiles. Esto ayudará a nuestro hijo a ser poco a poco más autosuficiente y poder realizar ciertos hábitos o rutinas sin nuestra constante ayuda.
No quiere decir que por ello dejes de vigilarlo y observarlo, sino que le proveeremos las herramientas para que no nos necesite para todo. Cuando surge una dificultad estamos allí para ayudarle. Pero adaptando el medio un poco a él conseguimos no darle más que la justa que necesita.
Cada niño nace con una "guía interna" y hemos de buscar proporcionarle oportunidades para elegir, actuar, pensar y expresarse. Al tener en cuenta las necesidades del niño le permitimos ser autónomo. Por ejemplo, participar en las tareas cotidianas, ser responsable de sus cosas, realizar las actividades a su propio ritmo...
¿Qué tipo de cama has elegido para tu peque? ¿Conocías este tipo de camas infantiles Montessori?