Aquí en la zona donde vivo en Gran Canaria el agua corriente es potable, pero nadie la bebe. Es un agua muy mala, que no sirve ni para cocinar. Así que instalamos unos filtros por ósmosis inversa. De esta manera podemos beber agua de calidad, barata, y sin tener que acarrear garrafas de 8 litros a cada dos por tres.
El equipo me costó unos 90€. Como lo coloqué yo mismo y le hago el mantenimiento, en poco tiempo se amortizó.
Ahora, una de las primeras preguntas que hice al comprarlo fue: «¿Cuál es el mantenimiento?».
Cómo programé el mantenimiento
Estamos hablando de agua que te vas a beber, así que la cosa es seria. El mantenimiento consiste en cambiar los filtros con una periodicidad que el mismo manual te especifica. Además, para asegurarme de que estábamos bebiendo algo bueno, mandé a pedir unos medidores de metales en agua y de PH. Si los pides por Aliexpress o similar, es algo también muy baratito.
A continuación, elaboré un archivo tipo excel para ir anotando los valores del agua de la tubería (sin filtrar), del agua filtrada, y de un agua embotellada. Así, al comparar las 3 aguas podía saber qué tal estaba filtrando la cosa.
Después añadí bloques de tiempo en mi calendario. Uno cada 3 meses para medir la calidad del agua. Otro cada año para cambiar los filtros, y otro cada 3 años para cambiar el filtro de ósmosis y hacer una limpieza del equipo.
Cuando se acerca el día en el que hay uno de esos bloques, al analizar mi sistema de organización con el método C.A.R., analizo si ese bloque está bien puesto. A veces sucede que, como la periodicidad es cada 3 años, el siguiente bloque es un domingo por la tarde. No me apetece cambiar filtros un domingo, así que lo traslado para el jueves anterior o posterior. También añado un bloque para ir a comprar filtros, si es que no tengo anotado que todavía me queda alguno desde la última compra.
Repasando el archivo que te comentaba, veo que el equipo de filtrado se instaló en octubre de 2016. De momento sigue funcionando muy bien, y las mediciones demuestran que el agua que bebemos en casa es de mejor calidad incluso que el agua embotellada.
Abajo tienes una captura del archivo que uso para las mediciones.
Las cosas requieren mantenimiento
El de antes es un ejemplo de lo que implica el mantenimiento de las cosas (llaves del agua, ordenador, aparatos que hay que lubricar…).
Ser consciente de esto tiene algunos efectos:
- Te hace minimalista (te piensas bien si necesitas comprar ese objeto)
- Lo que haces lo haces bien, las cosas duran más manteniendo más calidad…
- Evitas problemas (averías)
- Tienes el control
Por qué muchas personas no hacen mantenimiento
Ahora, si lo piensas, muchas personas no realizan este tipo de mantenimientos periódicos. ¿Por qué?
Es verdad que hay quien compra sin pensar, sin informarse. A la mayoría no nos gustan los «deberías», así que rechazamos tener que hacer algo cada cierto tiempo.
Sin embargo, más allá de estos factores, no creo que sea una cuestión de inteligencia, ni de maldad, ni tampoco de despiste. Creo que la clave está en el sistema, en el método. A muchos les gustaría cumplir con lo que deben, pero no han creado ningún recurso para acordarse.
El método C.A.R. te ayuda a programar mantenimientos periódicos de forma sencilla, sin agobios, sin tener que acordarte. Claro, no es solo poner un recordatorio en el calendario que se repita cada 3 meses. El método debe tener la capacidad de analizar esos bloques y encajarlos con el resto de tareas, sabiendo en todo momento cuándo y cómo debo hacer esto o aquello. El método es mucho más que un calendario, pero por supuesto, puedes empezar por usar la potencia del calendario.
¿Qué te parece? ¿Por qué no piensas en qué cosas, procesos… necesitan un mantenimiento periódico? Dedica un rato a programar ese mantenimiento. Ya verás, ¡¡es un salto de calidad total!!
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Publicado por: EfectiVida - Efectividad, organización, productividad y desarrollo personal