Revista Ciclismo

Cambiar la cadena de tu bicicleta: ¿cuándo y cómo debes hacerlo?

Por Rafael @merkabici

Una bicicleta es un medio de transporte que parte de un mecanismo bastante sencillo. Unos pedales transmiten a una serie de ruedas dentadas una fuerza con la que las ruedas se mueven y podemos desplazarnos. Ahora bien, hay una pieza central en esa transmisión que conviene cuidar con bastante mimo: la cadena de la bicicleta. Una pieza central, como decimos, que exige cuidados y mucha atención y a la que, desafortunadamente, se suele dejar a un lado.

Pero aquí queremos que cambies de idea y que sepas perfectamente cómo se debe tratar una cadena de bicicleta. Sobre todo, queremos que sepas cuándo se tiene que cambiar la cadena de tu bici y cómo se debe hacer. Puede parecer sencillo, pero hay que tener muy claro cómo detectar los síntomas que indican que hace falta un cambio y, al mismo tiempo, conocer bien el procedimiento a seguir para cambiarla sin complicaciones, para que un proceso de minutos no dure una eternidad.

Cuándo y cómo cambiar la cadena de tu bicicleta

Aléjate de toda aquella opinión que diga que hay que cambiar una cadena cuando se han recorrido 5.000 kilómetros, 3.000 o incluso 10.000. Lo cierto es que no hay una cifra exacta a tener en cuenta para cambiar la cedena de la bici, todo lo contrario, hay que analizarla bien y andarse con cuidado, prestando atención a su estado y a ciertos factores que juegan un papel bastante importante para tomar una decisión.

Piensa, para empezar, que una bicicleta de montaña suele provocar un mayor desgaste que una de carretera. También tienes que pensar que existen diferentes tipos de cadenas, por ejemplo, puedes comprar una cadena 11 velocidades o una de 10 velocidades. Todo esto afecta a su durabilidad, aunque el aspecto más importante es el uso que se da a la bicicleta y, también, el estado de piñones y platos. Si estos no están en buen estado, dañan a la cadena, aunque el proceso también se aplica a la inversa: si la cadena no está bien, daña platos y piñones.

Es un curioso círculo vicioso que obliga a prestar atención para evitar problemas que vayan a mayores, porque no hay nada peor que estar en mitad de una montaña y que se rompa la cadena, o mejor aún, que tengas ese problema en mitad de una carretera, a decenas de kilómetros de casa. Por eso, para empezar, es bueno tener encima una cadena de repuesto y saber cambiarla, aunque de esto último hablaremos más adelante. Ahora, vamos a centrarnos en cuándo se debe cambiar la cadena de la bici.

Cómo saber cuándo se tiene que cambiar la cadena

Existe un aparato que es capaz de indicar directamente si es necesario hacer el cambio de cadena. Es lo que se conoce como comprobador de desgaste. Su uso depende del modelo y la marca, aunque suele ser parecido en todos los casos: tienes que introducir un extremo en uno de los eslabones de la cadena y, después, dejar caer la otra para ver si entra entre los eslabones. En caso de que entre, hay que cambiar la cadena. Si no entra, todavía no es necesario.

Esto se debe a que, con el desgaste, los eslabones de la cadena se van separando y, cuando se llega a la distancia máxima de separación, previa a la rotura, es cuando se tiene que hacer el cambio. Otro factor que indica claramente que hay que cambiarla es cuando esta se sale constantemente. Si sucede esto es porque, más que seguramente, se ha gastado tanto que tiene demasiada holgura, haciendo necesario el cambio.

No obstante, cabe mencionar que esto último también puede deberse a un problema de los piñones y/o los platos. Al desgastarse estos, también es más fácil que la cadena se salga, por lo que conviene vigilarlos y ver si, en efecto, sus puntas están lejos de encontrarse en un estado ideal. Esto es algo fácil de comprobar, solo hay que echarles un vistazo y comprobar si mantienen su punta o si la cadena salta repentinamente cada poco tiempo.

Esta es la vía más fácil y sencilla de comprobar si hay que proceder o no con la sustitución de la cadena. Ahora queda la otra parte del proceso, ponerse manos a la obra para cambiar la cadena manualmente. Afortunadamente, no es algo complejo, como vamos a ver a continuación.

Cómo hay que cambiar la cadena

Para cambiar la cadena hay que seguir una serie de sencillos pasos. Los listamos a continuación:

  1. Abrir la cadena: tienes que usar una herramienta llamata tronchacadenas. Es algo fundamental para todo ciclista, así que no dudes en llevarlo encima, al igual que una cadena nueva, en caso de planear una ruta larga sobre dos ruedas. Para usarlo, solamente hay que coger el bulón a extraer de la cadena con el tornillo de la herramienta. Hecho esto, gira el tronchacadenas para que salga esta parte de la cadena, desatornilla y ya verás que la cadena se abre.
  2. Retira la cadena: cuando este abierta, solo tienes que asegurarte de tirar con cuidado para que salga la cadena de los piñones, los platos y el cabezal de cambio de marcha.
  3. Colocar la nueva cadena: con una cadena que tenga la misma cantidad de eslabones que la anterior, toca colocarla. Puedes usar lo que se conoce como pin de cadena, colocándolo entre los dos eslabones a unir para cerrarla. Una vez colocado, ponemos la cabeza a ras de la superficie con el tronchacadenas y, una vez hecho esto, usamos esta misma herramienta para romper la parte que sobra. Ya está.

Existe otro método a la hora de colocar la nueva cadena, ya que existen clips pensados precisamente para cerrar las cadenas de forma sencilla y rápida. Sin embargo, teniendo en cuenta que es necesaria la herramienta tronchacadenas en todo momento, nos decantamos por la opción que acabamos de explicar. Es sencilla y, además, saca más partido a este aparato. Ya sabes todo lo necesario para manejar la cadena de tu bicicleta y manipularla cuando y cuanto sea necesario.


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