TEMAS DE CONDUCTA
La verdad es que en todas las relaciones (personales y profesionales) lo que haces tiene un impacto mucho mayor que cualquier cosa que digas. Puedes decir que te quieres comprometer para que todos salgan ganando; pero a menos que tu conducta demuestre que lo dices en serio, quedarás como un falso. Puedes decir que tu empresa antepone el cliente a todo. Puedes decir que reconoces que las personas son tu principal activo. Puedes decir que cumplirás las reglas, que no emplearás métodos pocos éticos, que respetarás la confianza depositada en ti, que cumplirás un compromiso o que aportarás resultados. Puedes decir todo esto, pero a menos que realmente lo cumplas, tus palabras no darán confianza, la destruirán.
Las buenas palabras tienen su lugar. Indican una conducta. Declaran intenciones. Pueden crear una esperanza enorme. Y cuando a esas palabras las respalda una conducta que las valide, aumentan la confianza, a veces de manera espectacular. Pero cuando la conducta no respalda o no casa con el mensaje verbal, las palabras se convierten en una marcha atrás.
Hay personas de alta confianza y líderes mundiales. Sus conductas son convincentes porque se basan en principios que rigen las relaciones de confianza. Surgen de los cuatro focos. Son materia de juicio y universales. Y cobran validez con la investigación y la experiencia.
Sin duda ya practicas algunas de estas conductas y sacas el resultado de obtener la confianza de los demás como resultado. Hay otras que probablemente no llevas tan bien y, por consiguiente, pagas un precio en términos de confianza.
PUEDES CAMBIAR LA CONDUCTA
Hay quien dice que no se puede cambiar de conducta. Pero se tienen pruebas claras que indican que la gente puede cambiar de conducta y que en efecto lo hace (a veces de forma espectacular), y al hacerlo a menudo se dan resultados asombrosos.
Mirad a Anuar el-Sadat, que cambió su conducta anti israelí de forma tan espectacular que reunió a Egipto e Israel, dos antiguos enemigos, en la mesa de negociación para que trabajasen por la paz. Mirad a Nelson Mandela, antiguo líder del brazo armado del CNA, que acabó al frente de su nación mediante una transición drástica con un espíritu casi sin parangón de no violencia, perdón y reconciliación. Mirad la cantidad de padres que se convierten en personas de “transición” al negarse a transmitir a sus hijos la mala conducta de sus propios padres, transformando una herencia de abusos en un legado de amor. Mirad a esos que superan con éxito los programas de rehabilitación por alcoholismo o abuso de drogas. Pensad en vuestra vida. ¿No ha habido momentos en que conscientemente habéis optado por cambiar de conducta.., y lo habéis conseguido?
La lección es la siguiente: si no eres una persona comprensiva ahora (pero deseas serlo), entonces adelante y compórtate de modo comprensivo. Sí no eres una persona honesta ahora (pero deseas serlo), entonces adelante y compórtate de modo honesto. Haz lo que hacen las personas comprensivas y honestas. Puede que lleve tiempo, pero a medida que hagas estas cosas, te convertirás en la clase de persona que quieres ser.
“El Factor Confianza”, escrito por Stephen Covey Jr.
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