Antes de que tomara posesión de su cargo la nueva ministra de Sanidad, Ana Mato, su predecesora en el cargo, Leire Pajín, ha publicado el primer documento de análisis de situación de las terapias naturales que hace una Administración española. Como no soy especialista en el tema nada más verlo le pedí al doctor Javier Herráez González, médico, acupuntor, oncólogo médico y especialista en Medicina Biológica, Nutrición Energética y Medicina Psicosomática, además de amigo, que lo leyese a fondo, lo analizase y escribiera sus impresiones:
Parece que se han consultado bastantes instituciones privadas relacionadas con el tema, si no a todas y se ha hecho un resumen que me parece muy difícil dado lo complicado del asunto. Mi impresión es que durante la realización de este estudio aquellos que no fueran nada conocedores del tema habrán conocido cosas interesantes para ellos mismos. La principal, la importancia cuantitativa del uso de estas terapias, habiéndome sorprendido el más del millón de páginas web que comentan en el informe dedicadas a estos campos. No debemos olvidar que, por razones obvias, las medicinas no convencionales se promocionan en medios alternativos, no en grandes medios de comunicación de masas que sirven a otros intereses. Veo también una intención de ser exhaustivos y les felicito por ello.
El comentario pormenorizado del tratamiento de tantas terapias llevaría mucho tiempo y aunque sería útil si se quiere seguir con la labor o el intento de plantearse al menos la posibilidad de la introducción de estas terapias en el sistema de salud de alguna manera, no me siento capacitado para realizarlo ahora. Pero sí me ha sorprendido como digo la evidente intención de ser exhaustivo. Así no me esperaba, por ejemplo, que se nombrara a la Medicina de Hamer (Nueva Medicina Germánica) en el documento, cosa que hacen una sola vez y de pasada pero con un acierto digno de elogio cuando califican a esta terapia, o a los profesionales que la practican o la utilizan, como de radical o radicales. No podrían haberle puesto un calificativo más acertado.
También parece quedar claro que, aunque los médicos estamos practicando algo que no es estudiado en nuestras carreras, sin embargo sí se acepta en parte por algunas instituciones médicas. Parece también vislumbrarse la intención de que, en el caso de que se siguiera adelante con el tema, fueran los médicos los encargados de practicar medicinas no convencionales, aunque tampoco lo den por sentado en este documento. Al respecto de ello no puedo dejar de recomendar la lectura del libro La Mafia Médica de Ghislaine Lanctôt por la forma en que afronta este problema, y sobre todo en lo referente a lo que pasó con la acupuntura en Quebec. No es que esté de acuerdo con ella totalmente, pero en mi experiencia si he deducido que son los no médicos los que, por no tener un sistema de creencias como el de los médicos, si que consiguen cosas, con estas terapias, que nosotros no podemos conseguir a veces por nuestros condicionamientos materialistas y nuestro sistema de creencias o adoctrinamiento universitario. Pero aquí ya entramos en el campo de la conciencia que no es científico, por ahora, y reconozco que las instituciones lo que quieren es objetividad y validación científica de las cosas, como es lógico.
Así mismo también pienso algo que en cierta manera es contrario a lo anterior. Que muchos terapeutas por no ser médicos, no conocer clínica y radiología, o por no tener experiencia hospitalaria no pueden comprometerse al cien por cien con un paciente porque en la evolución se le pueden escapar cosas con relevancia clínica y con un riesgo evidente.
En cuanto a los profesionales implicados comentar mi clara opinión acerca de los vendedores de herboristerías o terapeutas que trabajan en ellas. Considero que conlleva un riesgo importante por conflicto de intereses y que las terapias, siempre, deberían practicarse fuera del círculo comercial que se dedica a vender remedios externos. En cuanto a los sanadores y personas que se atribuyen poderes, sinceramente creo que no se deberían tener en cuenta en este acercamiento de las instituciones en valorar la inclusión de las “terapias” (no terapeutas) en la oficialidad. En Medicina Natural Holística hay una máxima: nadie ni nada cura siempre, porque “se cura el paciente”, las terapias son sólo ayudas para la energía vital o el estado físico energético del paciente, no remedios externos ni sanadores que dan la sanación.
Si miramos la lista de terapias podemos comprender que el tema es complejo, por la gran diversidad y porque se precisa un estudio de todas ellas para ver cuales, realmente, merecería la pena ser tenidas en cuenta en una primera fase, siempre por criterios de eficacia, eficiencia y efectividad. También decir que continúa dándosele muy poca importancia a una terapia fundamental y que creo es la asignatura más pendiente de la sanidad de remedio externo en general, convencional y a veces también alternativa, la nutrición energética. Creo que ésta, junto con la psicosomática, ya practicada oficialmente en varios países de Sudamérica, las terapias manuales y la medicina convencional intervencionista (para casos agudos o evolucionados) serán sin duda la columna vertebral de la Nueva Medicina Integrativa.
Por tanto en general veo un gran avance y un dato de un posible cambio de conciencia en las instituciones al haber realizado este complejo y comprometido informe, que tendrá sus matizaciones en las que no puedo entrar, recordemos que lo han hecho profesionales de fuera de la medicina no convencional. Como motivos para este cambio puedo sospechar, además del cambio de conciencia de las personas en general que se está dando últimamente y la adquisición de masas críticas de estos cambios a medida que se van consiguiendo, la evidente expansión del uso de estas terapias y la importante satisfacción de los “usuarios” de la que hacen eco también en el escrito. Pero incluso también puede estar teniendo influencia la actual crisis capitalista, que nos va a obligar a todos a cambiar muchas maneras de actuar, esperemos que para el mejor y más alto bien de todos.