Hoy, estoy aquí para discutir el calentamiento global, el mayor desafío ambiental al que se enfrenta el planeta. Así que permítanme explicar la gravedad del problema. En pocas palabras: el combustible que usamos de energía para nuestras casas, nuestros coches, y nuestras empresas está provocando que la Tierra se caliente más rápido de lo que nadie esperaba.
Los primeros siete meses de este año, y las tres últimas décadas, fueron los más cálidos de los Estados Unidos desde que empezaron a registrarse en 1895. Y la temperatura de la Tierra ha subido al punto más alto de los últimos 12.000 años.
Un consenso científico se ha forjado. Existe un amplio acuerdo de que la Tierra sólo se pondrá más y más caliente.
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Si actuamos ahora y los mayores aumentos de temperatura se reducen de 1 a 2 grados centígrados para finales de este siglo, los daños – aunque importantes – serán manejables. Pero si no actúan, y aumenta el calentamiento de 5 a 9 grados a finales de este siglo, los daños serán catastróficos e irreversibles.
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Cada uno de nosotros se enfrenta a una elección: una elección que tendrá repercusiones no sólo para nuestro futuro, sino para el futuro de nuestros hijos y nietos. ¿Seguimos con una actitud de negocios como de costumbre? ¿O hacemos los cambios necesarios para evitar una catástrofe?
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La elección es clara. Es hora de dejar de hablar y comenzar a actuar.
Discurso de la senadora Dianne Feinstein en Retóricas (Los Ángeles, Octubre de 2006)
Una realidad demasiado tozuda
El video de arriba es una pequeña delicia que nos permite reflexionar sobre el cambio climático. Hemos tratado mal a la abuela grillo. Algunos, inconscientes, con poco poder y sin mucha maldad, haciéndola entristecer y vagar por otros lares. Otros, depredadores, con un gran poder y una gran perversidad, explotándola hasta enfurecerla y provocar explosiones de rabia…
Yo ya tengo una edad y empiezo a darme cuenta de que el clima ha cambiado de forma notable desde que era un niño. Entonces no hacía tanto calor como hace ahora, ni la distribución de las lluvias era tan extrema como lo es ahora. Y estamos hablando de hace unos treinta y cinco años.
Un cambio climático que, por desgracia, es ya demasiado perceptible en nuestra vida cotidiana. La evidencia es demasiado real como para cerrar los ojos o mirar hacia otra parte.
Evidencias del cambio climático
Diez efectos del cambio climático sobre nuestra salud
Aquí tenéis diez datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud sobre el cambio climático y sus efectos en la salud de las personas que compartimos este planeta.
A nosotros, afortunados habitantes del primer mundo, nos afecta en la forma de un tiempo climatológico más o menos hostil: una nimiedad. Pero el efecto de este cambio en el resto del mundo es mucho más preocupante.
Quizás sea egoista que fijemos la atención en los efectos que el cambio climático pueda tener sobre nuestra propia salud (sin ni siquiera pensar en la salud de las generaciones posteriores, o la del resto de seres vivos del planeta) pero, como es evidente, la especie humana es la más egoista de todas las especies que habitan nuestro pequeño planeta azul.
1. Gases de efecto invernadero
A lo largo de los últimos 50 años, las actividades humanas, y en particular la combustión de combustibles fósiles, han liberado cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero suficientes para afectar al clima mundial. La concentración atmosférica de dióxido de carbono, gas que atrapa más calor en las capas bajas de la atmósfera, ha aumentado en más de un 30% desde los tiempos anteriores a la revolución industrial. Los consiguientes cambios del clima mundial conllevan una serie de riesgos para la salud, tales como el aumento de la mortalidad por las temperaturas extremadamente elevadas o el cambio de la distribución de las enfermedades infecciosas.
2. Fenómenos meteorológicos extremos
Del ecuador a los polos, el clima y la meteorología tienen grandes repercusiones directas e indirectas en la vida humana. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las grandes lluvias, las inundaciones o los huracanes como el que arrasó Nueva Orleáns (EE.UU.) en agosto de 2005, ponen en peligro la salud y destruyen propiedades y medios de subsistencia. En la última década del siglo XX, los desastres naturales relacionados con las condiciones meteorológicas produjeron aproximadamente 600.000 muertes en todo el mundo, el 95% de ellas en países pobres.
3. Temperaturas récord
Las variaciones meteorológicas intensas a corto plazo también pueden afectar gravemente a la salud, causando estrés térmico o un frío extremo (hipotermia) y provocar el aumento de la mortalidad por enfermedades cardiacas y respiratorias. Unos estudios recientes parecen asociar las temperaturas récord alcanzadas en el verano de 2003 en Europa Occidental, con las 70.000 muertes más en el mismo periodo de años anteriores.
4. Variación de partículas aéreas
El aumento de la temperatura global modifica los niveles y la distribución estacional de partículas aéreas naturales (por ejemplo, el polen) y pueden provocar el asma. Hay aproximadamente 300 millones de personas con asma y se teme que el alza en la temperatura eleve el número de personas con dicha enfermedad.
5. Elevación del nivel del mar
La elevación del nivel del mar, otra consecuencia del calentamiento global, aumenta el riesgo de inundación de las costas y podría causar desplazamientos de población. Más de la mitad de la población mundial vive en una franja costera de 60 km de ancho. Además de producir directamente lesiones y muertes, las inundaciones pueden aumentar el riesgo de infecciones transmitidas por el agua y por vectores. Los desplazamientos de la población pueden aumentar las tensiones y el riesgo de conflictos.
6. Variabilidad de precipitaciones
El aumento de la variabilidad de las precipitaciones puede poner en riesgo el suministro de agua dulce. La escasez de agua afecta ya a un 40% de la población mundial. La falta de agua y su mala calidad pueden poner en peligro la salud y la higiene, con el consiguiente aumento del riesgo de enfermedades diarreicas (causa de la muerte de 2,2 millones de personas cada año), de tracoma (una infección ocular que puede producir ceguera) y otras enfermedades.
7. Escasez de agua
La escasez obliga a las personas a transportar el agua desde lugares alejados y a almacenarla en sus casas. Esto puede aumentar el riesgo de contaminación del agua y de las consiguientes enfermedades, además de servir de criadero de mosquitos que son vectores de enfermedades debilitantes como el paludismo o el dengue.
8. Enfermedades transmitidas por el agua
Las condiciones climáticas influyen en las enfermedades transmitidas por el agua y por vectores como los mosquitos. Las enfermedades sensibles al clima se encuentran entre las principales causas de muerte. La diarrea, el paludismo y la malnutrición proteino-calórica produjeron más 3 millones de muertes en 2004, de las cuales más de un tercio se registraron en África.
9. Malnutrición
La malnutrición es la causa de millones de muertes anuales, tanto por la falta de nutrientes suficientes para mantener la vida como por el aumento de la vulnerabilidad a enfermedades respiratorias y enfermedades infecciosas como el paludismo o la diarrea. Se prevé que el aumento de la temperatura del planeta y de la variabilidad de las precipitaciones reduzca las cosechas en muchas regiones tropicales en desarrollo donde la seguridad alimentaria ya es un problema
10. Beneficios de reducir la emisión de gases
Las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o atenuar las repercusiones sanitarias del cambio climático pueden tener otros efectos positivos en la salud. Por ejemplo, el fomento del uso del transporte público y de los medios de desplazamiento activos (la marcha o la bicicleta) como alternativa a los vehículos privados podría reducir las emisiones de dióxido de carbono y mejorar la salud pública. Además de reducir las lesiones relacionadas con el tránsito, también reduciría la contaminación del aire y las enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas. El aumento de la actividad física, puede reducir las tasas generales de mortalidad.
La naturaleza no hace nada en vano. (Aristóteles)
Cambio climático