Revista Opinión
Un grupo de expertos ha pedido al Gobierno de España el cambio de las leyes bioéticas con de la época de Zapatero. Según los especialistas, las vigentes ignoran los avances en genética y permiten la manipulación de embriones humano.
Más de tres mil profesionales del campo de la investigación biomédica, catedráticos, médicos, juristas y especialistas de otras profesiones han presentado un manifesto con sus firmas a la ministra de Sanidad, Ana Mato, para que el Gobierno de España revise las leyes 14/2006 de Reproducción Humana Asistida y 14/2007 de Investigación Biomédica.
Denuncian que esas leyes resultan contradictorias con el espíritu de respeto a la dignidad humana que emana de la sentencia del Tribunal de la Unión Europea del año 2011. Destacaba Nicolás Jouve de la Barreda, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares, que las leyes españolas 14/2006 y 14/2007 «permiten actuaciones sobre el embrión humano de menos de 14 días» tales como «la selección genética de embriones, previa a su implantación, con fines eugenésicos, la destrucción de los embriones sobrantes de ciclos de FIV o la posibilidad de su utilización para fines de investigación, o incluso la clonación con fines terapéuticos mediante la técnica de transferencia nuclear».
Jouve recuerda que la tecnología del trasplante nuclear dio lugar a la clonación de la oveja Dolly hace quince años. Pero ahora sabemos bien que «el núcleo de una célula somática adulta guarda toda la información genética necesaria para el desarrollo de un ser adulto, un clon, siendo en esta capacidad equivalente a un cigoto recién fecundado». La destrucción de embriones humanos se realiza muchas veces amparada en la arbitraria utilización del término ‘pre-embrión’, que no tiene nada de científico, acuñado para facilitar la manipulación de embriones en la primera fase de desarrollo.
Recordemos que este año se ha concedido el Nobel de Medicina al japonés Shinya Yamanaka, considerado el padre de las células pluripotenciales inducidas (iPS), que poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular especializado. Estas, y las células madre adultas (más de 3.000 ensayos clínicos en la actualidad), están cosechando éxitos notables y numerosos, mientras que la investigación con células troncales embrionarias, tras más de diez años de trabajo, no ha obtenido resultado terapéutico alguno.