Revista Homo
Este pasado martes, un juez de una corte federal ordenó la cirugía de reasignación de sexo a un recluso transexual en Massachusetts.
Michelle Kosilek, antes conocida como Robert, que cumple cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por asesinar en 1990 a su mujer, intentó castrarse en varias ocasiones y trató de suicidarse en dos ocasiones durante su estancia en la prisión de hombres de Norfolk, Estados Unidos.
El Juez Mark L. Wolf alegó que la operación de reasiganción de sexo es el único tratamiento adecuado para esta reclusa, y que como ciudadana se le ha de administrar un cuidado médico adecuado a sus necesidades.
"Estamos realmente felices con la decisión tomada por el juez, y pronto todo se pondrá en marcha para que Michelle pueda convertirse en la mujer que siempre ha anhelado ser" dijo Joseph Sulman, abogado de Kosilek.
Ben Klein, abogado de los Partidos y Defensores de los Derechos Gays y Lésbicos también se pronunciado y ha asegurado que éste es un gran avance, ya que es la primera vez en la que la corte da el visto bueno a una cirugía de reasignación de sexo en un recluso.
Éste ha sido un camino largo y muy duro para Michelle Kosilek, ya que a pesar de haber solicitado la cirugía en repetidas ocasiones desde 1992, fecha en la que fue encarcelada por primera vez, no recibió nunca la ayuda ni el trato necesiario hasta 2002.
La primera demanda interpuesta por Kosilek fue en el año 1999, momento en el que fueron reconocidadas sus necesidades médicas. Aunque no fue hasta 2002 cuando la corte descubrió que el Departamento de Correccionales, a pesar de la prescipción del equipo médico del Departamanto, le había negado el tratamiento apropiado debido al miedo a las críticas públicas y políticas, según aseguraron posteriormente.
"Cuando surjen casos como éstos, la mayor parte de las veces por no decir siempre, los tratamientos médicos correctos se les son negados, todo por culpa de los prejuicios que existen contra las personas transexuales, en vez de plantearnos que es un problema real y muy grave que se puede tratar y por supuesto, solventar. En este caso estamos muy contentos con la decisión judicial, además Michelle está muy emocionada con que se haya reconocido su necesidad a su reasignación de sexo", ha afirmado Ben Klein.
Según un estudio realizado en 2009 por la Universidad de California Irvine, en Estados Unidos, se muestra que un recluso transgénero es trece veces más propenso a sufrir abusos sexuales en las prisiones, sin contar lo que significa no recibir el tratamiento necesario.
El senador estadounidense, Scott Brown, representante de Massachusetts, ha declarado a los medios que esta decisión por parte de la corte costará a los contribuyentes desde $30.000 a $80.000, lo que significa un abuso escandaloso de dinero público, y ha afirmado que espera que el sentido común prevalezca y la decisión de esta cirugía sea revocada.
La decisión de dónde será encarcelada Michelle tras la operación de reasignación de sexo será tomada por el Departamento de Corrección.
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